Se cree a menudo que los ronquidos son señal de un sueño profundo y reparador. En pareja o en familia, suelen tomarse con humor, pero en realidad ocurre lo contrario. Los ronquidos son una señal de alerta que puede indicar un problema respiratorio que requiere atención médica, como la apnea del sueño.
El doctor Manuel López Ramos, neumólogo e internista con más de diez años de experiencia, describe la apnea de sueño como el detonante de múltiples enfermedades que no solo afectan las vías respiratorias, sino todo el organismo.
“Esta es una patología que se va a caracterizar principalmente por ronquidos. Hay que hacer mucho énfasis que los ronquidos no son normales y muchas personas hasta lo ven con gracia que una persona ronque. El ronquido es una alerta de que está sucediendo algo en la vía respiratoria de la persona”, refiere el especialista en endoscopía respiratoria.
La apnea de sueño es un trastorno del sueño potencialmente grave en el que la respiración se detiene y vuelve a comenzar en varias ocasiones. Puede registrarse en la vía respiratoria superior o en algunos casos puede ser también una manifestación de una obstrucción en las vía respiratoria inferior.
Puede presentarse desde la adolescencia, dependiendo de las características morfológicas de la persona, hasta la edad adulta. La pareja y la familia son clave para la detección de esta enfermedad, caracterizada por ronquidos sonoros, que usualmente el paciente no siente durante los períodos de sueño.
Signos diurnos
Aunque la principal característica de la apnea de sueño son los ronquidos, también presenta síntomas durante el día con una marcada somnolencia. Quienes la padecen suelen dormir con facilidad en sitios públicos y pueden sentir sueño después de consumir alimentos y sin necesidad de haber ingerido bebidas alcohólicas. Incluso pueden quedarse dormidos al volante.
La dificultad para concentrarse se suma a la sintomatología, ya que los afectados no cuentan con un descanso adecuado.
“Son aquellas personas que típicamente dicen ‘Mi sueño no es reparador, siento que me acuesto y me levanto cansado’. Entonces todos estos hallazgos deben llevar a una alerta para poder consultar a tiempo y llevar a un diagnóstico”, indica el médico.
El diagnóstico se realiza mediante evaluaciones con el paciente y utilizando herramienta como la polisomnografía, que es una prueba que se realiza por etapas para conocer si se trata de una apnea de sueño por obstrucción en las vías respiratorias o si el cerebro no manda las señales correctas a los músculos que controlan la respiración.
“Esos episodios se van dando cientos de veces a lo largo de las horas que el paciente esta durmiendo. Esto va a llevar a que se den algunos fenómenos como incremento de niveles de CO₂, descenso de oxigenación en la sangre y trastornos a nivel neurológico. Lleva al paciente a tener un riesgo de arritmias nocturnas y aumenta el riesgo de muerte súbita, quiere decir que son pacientes que se acostaron a dormir y se murieron mientras estaban durmiendo”.
Factores de riesgo
Las personas que padecen de trastornos metabólicos (principalmente relacionados a la función de la tiroides), obesidad, aquellas con cuello corto y las que tienen una apertura palatina estrecha, de alguna manera pueden llegar a padecer apnea de sueño.
Existen otras condicionantes como, por ejemplo, obstrucciones a nivel de la vía respiratoria superior y la presencia de pólipos nasales, que de alguna manera pueden empeorar el cuadro. Padecer de sinusitis crónica puede llevar a agravar la condición de la apnea.
Para ello, es importante tomar en cuenta todas las características de cada paciente para llegar al diagnóstico adecuado.
Tratamiento
Uno de los tratamientos para tratar la apnea de sueño es el uso de un aparato que genera presión positiva continua sobre las vías respiratorias, conocida como CPAP. La máquina tiene una manguera conectada a una máscara o pieza nasal para suministrar una presión constante y estable de aire que ayuda a respirar durante el sueño.
“Esto lleva a mejorar la apnea del sueño y a mejorar esos episodios que están sucediendo de forma constante a lo largo de la noche mientras se está durmiendo y que condiciona a que haya un descenso en los niveles de oxigenación en la sangre, un incremento en los niveles de CO₂”, explicó el especialista.
El neumólogo deja en claro que tener el diagnóstico o la sospecha clínica de que un paciente puede estar teniendo un problema de apnea de sueño es clave para brindarle un tratamiento adecuado que mejore su calidad de vida y prevenga enfermedades más graves como la hipertensión pulmonar, una condición que incrementa la presión en las arterias pulmonares y que no tiene cura.
A veces, el CPAP no suele ser tolerado por algunos pacientes por contar con un arnés que rodea la cabeza. Por esta razón, es importante encontrar medidas alternativas que pueden acompañar el uso del CPAP, como la higiene del sueño, que consiste en practicar hábitos que mejoren el período de descanso.
“En algunos momentos está indicado también el uso de dispositivos con los cuales los pacientes pueden dormir para evitar que se cierre la parte de la orofaringe, para que pueda existir una mejor ventilación. En algunos casos extremos, dependiendo de la evaluación, se recomienda algún tipo de cirugía que ayude a mejorar esa apertura de la orofaringe. Va a depender mucho de cada evaluación, cada paciente va a ser diferente”, menciona Ramos.
¿Qué ocurre si no trato la apnea del sueño?
La apnea del sueño es una patología silenciosa y no da manifestaciones clínicas aparentes más allá de los ronquidos. Por esta razón, el médico recomienda con énfasis asistir a consulta médica ante la sospecha de esta enfermedad que, de no ser tratada, puede desencadenar padecimientos críticos e, incluso, muerte súbita durante el sueño.
“Desde el punto de vista de la especialidad de neumología, creo que se esta haciendo un mejor trabajo en poder identificar a estos pacientes que adolescen de apnea de sueño”, indica el doctor Ramos.
De no tratar a tiempo la apnea de sueño, pueden desencadenarse hipertensiones arteriales de difícil control, síndromes metabólicos, así como dislipidemias o trastornos de colesterol y triglicéridos. Las personas también pueden comenzar a tener indicios de diabetes, problemas cardíacos o aparecimiento de arritmias cuyo origen no se conoce.
“Cualquiera de estas pueden ser una manifestación de una apnea del sueño que no se ha diagnosticado. Por eso es bien importante que todos los pacientes que tienen o están siendo tratados por esto que estoy mencionando, tengan una evaluación, que se les evalúe si hay o no hay un sueño anómalo, si están padeciendo de ronquidos, se necesita una evaluación completa para poder llegar al diagnóstico”, concluye el neumólogo.