Siempre se dijo, y se insistió que tres grandes corporaciones de talla mundial participaron en el proceso de selección del “socio estratégico” de la geotermia estatal.
Eso no fue cierto: en la licitación pública que hizo CEL para seleccionar ese “socio” no participaron tres companías internacionales. Solo lo hicieron los italianos de la ENEL.
Ahora se conoce que todo el esfuerzo que hicieron los más altos funcionarios de CEL para tratar de decirle a un país que tres compañías (Shell de Gran Bretaña, Sumitomo de Japón y ENEL de Italia) fue una gran mentira.
Hubo compañías como la Shell que, si bien retiró y compró las bases de la licitación, nunca presentó ninguna oferta ni interés manifiesto de ser “socio estratégico” de la geotermia estatal.
Los japoneses, padres de la geotermia salvadoreña desde 1976, tampoco participaron en el concurso público para escoger al socio.
Representantes de la empresa Sumitomo de Japón dijeron que si se cambiaban algunos aspectos de lo que sería un posible acuerdo de accionistas, ellos participarían en la licitación pública para escoger el “socio estratégico”.
Como no se hicieron los cambios propuestos, Sumitomo no participó en la licitación pública de CEL.
Entonces, al país se le ocultó que solamente los italianos presentaron su oferta en abril del 2002, para convertirse en socio estratégico de La Geo.
La exclusiva participación de los italianos revela ahora que todos los que estuvieron detrás de un esquema de privatización de La Geo no autorizado por las leyes o la Constitución Política. Le mintieron al país.
La oferta de los italianos fue evaluada por José Antonio Rodríguez Rivas, cuñado del presidente, en ésa época, Francisco Flores. Rodríguez también se desempeñaba como gerente general de la empresa estatal de geotermia.
Además de todo eso también se tienen pruebas de que los documentos de los italianos fueron examinados por personajes no autorizados para hacerlo.
Incluso, los investigadores fiscales concluyen que ni siquiera hay pruebas de que se abriera el sobre en el que los italianos habrían hecho su oferta.
El surgimiento de un único oferente demuestra que nunca existió un verdadero concurso público para seleccionar al “socio estratégico”.
Incluso, hay expertos que dicen que, al tener una sola participación, el concurso debió paralizarse y buscar otra salida al tema.
A pesar de todo eso, se escogió a los italianos en condiciones muy diferentes a las originales y con privilegios que pocos podían tener.
Cambios inesperados
Una vez que escogió, irregularmente, a la empresa ENEL como socio de la gertermia estatal, el acuerdo de accionistas (la alianza entre CEL y los italianos) fue cambiado radicalmete.
Esos cambios se hicieron apenas pocas horas después de declarar a los italianos como “socios estratégicos” mediante una licitación pública en la que, como se comprobó, se mintió a todo el país.
Mediante ese cambio se ató financieramente a la parte estatal de La Geo y se obligó a CEL a renunciar al derecho preferente de suscribir acciones. A los italianos se les entregó la principal conducción de la nave.
Sin muchos retrasos, todo sirvió para que los italianos siguieran el camino que los llevaría a convertirse en los socios mayoritarios de La Geo, como ahora lo reclaman.
El plan original era que, bajo su propio riesgo, los italianos hicieran nuevas exploraciones en busca de vapor en el subsuelo en Ahuachapán y Berlín. Pero eso se dejó de lado. Transformaron a La Geo en esclava financiera y técnica de los italianos.
El gobierno de esa época jugó siempre a perder en el tema de la geotermia en momentos en que, como ahora trasciende, tenía bastantes problemas de dinero. Hasta para pedir un préstamo debían pedirle permiso a los italianos.
Parte de lo más grave es que, de acuerdo con el artículo seis del Acuerdo de Accionistas, los italianos tienen el derecho preferente para invertir y capitalizar acciones y, desde luego, aumentar su capital accionario en La Geo.
Primeros resultados
Los planes originales para el futuro de La Geo siempre establecieron que llegaría un socio que, bajo su propio riesgo, aumentara los yacimientos de vapor y la transformación de todo eso en energía eléctrica.
Con el paso del tiempo se supo que los estudios de Cuyanausul fueron negativos. Eso sí, en Berlín se estableció que era factible montar una tercera planta productora de energía eléctrica.
Entonces, los italianos de ENEL pidieron que se le dieran más acciones de La Geo al 11 % que inicialmente se les entregó.