José Luis Merino, uno de los líderes históricos del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), exguerrillero que aparece en la lista negra por corrupción de los Estados Unidos, es uno de los hombres con más poder e influencia dentro del gobierno de Nayib Bukele.
Así lo sostiene el investigador, asesor de temas de seguridad estadounidense y presidente de IBI Consultores, Douglas Farah, quien manifestó en una entrevista difundida ampliamente en redes sociales que José Luis Merino «maneja muy de cerca muchas de las partes económicas oscuras que mantiene el gobierno».
El exguerrillero conocido como «Ramiro» durante la guerra, es señalado por Washington por haber desviado $400 millones de dinero de Alba Petróleos hacia cuentas offshore en Panamá e incluso es el hombre marcado por Farah y fiscales salvadoreños como el enlace de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con El Salvador.
El político salvadoreño ha sido vinculado con la guerrilla colombiana por supuestamente facilitar el lavado de dinero de millones de dólares provenientes de dicha organización y que han sido colocados en países extranjeros, según publicaciones realizadas por Foreign Policy de Washington.
A pesar de todos esos señalamientos en su contra, Merino tiene gente de su confianza dentro del círculo de poder de Bukele en el Ejecutivo, según indica Farah, quien también se desempeña como asesor del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
Y es que en el actual gobierno se presume que hay funcionarios que son cuotas de poder de Merino, como en el Ministerio de Economía y en otras dependencias. Investigaciones periodísticas también señalan que Bukele mantuvo a la hija del exguerrillero en el Consulado salvadoreño en Milán, Italia.
A manera de ejemplo, Farah menciona dos casos claros: «(Merino) tiene a su exasistente, Erick Vega, como asesor directo de Nayib Bukele. Tiene otra compañera muy fuerte, que es jefe de Gabinete en El Salvador (Carolina Recinos), entonces él no se ha aflojado».
Al ser cuestionado sobre el giro de timón en la relación entre El Salvador y Venezuela, país que se mantuvo cercano a la gestión gubernamental del FMLN en los últimos diez años, Farah sostiene que esto se debe al distanciamiento entre Merino y el gobierno de Nicolás Maduro.
«El problema que él tiene ahora es que los venezolanos se dieron cuenta, en el régimen de Nicolás Maduro, que ‘Ramiro’ robó más de $600 millones de PDVSA (Petróleos de Venezuela, SA), de Alba Petróleos, entonces sí hay una pelea ahí», afirma el también corresponsal de guerra durante el conflicto armado salvadoreño, de hace 40 años.
Ahora con Guaidó
Ese presunto alejamiento entre Merino y el chavismo también evidenció que el histórico dirigente efemelenista tuvo «flexibilidad ideológica» para incluso permitir que haya asesores del derechista y opositor de Maduro en Venezuela, Juan Guaidó, dentro de la estructura de asesores de Bukele.
«Ahora como hay flexibilidad ideológica; ‘Ramiro’ simplemente cambió de bando, uno ve ahora como que es un poco chistoso, (que) gente que es cercana a Guaidó ahora asesorando a Bukele, en Casa Presidencial, una red de gente de Guaidó que están muy cercanos ahí; yo diría un mal servicio al pueblo salvadoreño y de mano con los que eran antes el enemigo, enemigo de la gente de ‘Ramiro'», expresa Farah.
«Es una de esas cosas del mundo de locos que vivimos ahora, que no hay ideologías, simplemente dinero y todo camina», agrega en su análisis el experto estadounidense y autor de materiales de investigación en la región latinoamericana.
Sin embargo, Douglas Farah cree que a pesar de que hay un presunto descontento en la gestión de Maduro por el dinero que Merino habría sustraído de PDVSA, el exguerrillero mantiene contactos con personas de poder en Venezuela.
«Al mismo tiempo (José Luis Merino) mantiene relaciones muy fuertes con Iván Márquez, de las FARC, con Tareck (El Aissami, vicepresidente y ahora ministro del Poder Popular de Petróleo) en Venezuela, en diferentes grupos donde él todavía maneja narcotráfico y mucho dinero», expresa Farah.
El experto estadounidense en temas de seguridad no duda de que la influencia de Merino sigue ahí e incluso sostiene que esa relación entre Nayib Bukele y los allegados de Merino vienen desde los años en que el ahora presidente de la República formó parte del FMLN y gobernó las alcaldías de Nuevo Cuscatlán y San Salvador bajo la bandera roja.
«Él (Bukele) estuvo en el Frente (FMLN) y estuvo muy vinculado en ese momento y ahí sale ese grupo de asesores que responden a Merino y a él, de lo que era el Frente. En este momento donde hay tan poca ideología real y tanto dinero fluyendo de todo lo que (Merino) se ha robado en Venezuela, de lo que están lavando en las FARC, el oro, de la cocaína, todas las estructuras, eso es lo que domina ahora y no una ideología», reflexiona el experto norteamericano.
¿Quién es José Luis Merino?
José Luis Merino, dirigente histórico del FMLN, ha sido además diputado en la Asamblea Legislativa, en el Parlamento Centroamericano e incluso fungió como viceministro de Inversión Extranjera y Financiamiento para el Desarrollo durante la presidencia de Salvador Sánchez Cerén, un cargo que el gobierno efemelenista le creó cuando se acabó su fuero como parlamentario.
Merino mantiene supuestamente cuotas de poder en el gobierno de Nayib Bukele, siendo el ministerio de Economía uno de los más visibles.
Pero más allá de su pasado guerrillero y sus cargos en la política nacional, Merino tuvo eco en los últimos años por los constantes señalamientos en su contra por corrupción.
Por ejemplo, el Departamento de Estado de Estados Unidos, junto con los Departamentos de Defensa y Justicia, añadió al alto dirigente efemelenista en una lista de antiguos o actuales funcionarios del Triángulo Norte Centroamericano (El Salvador, Guatemala y Honduras), que están vinculados con actos de corrupción.
La información fue dada a conocer por el Departamento de Estado a través de documentos desclasificados. A principios de abril pasado se dio a conocer la primera edición de la lista, en las que fueron incluidos los expresidentes Mauricio Funes y Elías Antonio Saca, así como el exfiscal general Luis Martínez; todos procesados por delitos de corrupción por parte de la justicia salvadoreña.
En el informe compartido por el Departamento, se señala a «Ramiro» como un beneficiario de Alba Petróleos, una compañía asentada en El Salvador cuyas acciones pertenecían en un 60% a la estatal venezolana PDVSA, sancionada por Estados Unidos en 2019.
De la misma forma se sostiene que Merino y su hermano, Ismael Merino Cabrera, movilizaron $400 millones por medio de compañías fachada hacia cuentas offshore en Panamá. De acuerdo con Douglas Farah e incluso un exmiembro de la Comisión Política del Frente, la cifra asciende en realidad a los $600 millones.
Además, el 19 de junio de 2017, un grupo congresistas federales estadounidense escribió al Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, solicitando una investigación contra las «actividades bancarias de Merino», las cuales apuntaban «hacia asociaciones de larga data con organizaciones transnacionales que son objeto de investigaciones penales estadounidenses por tráfico de cocaína y blanqueo de capitales».
También se le señala como el nexo de la guerrilla de las FARC en El Salvador y uno de los que facilitan sus operaciones de lavado de dinero.
En octubre de 2016, la prestigiosa publicación Foreign Policy lanzó un artículo denominado “Para lograr la paz verdadera en Colombia, vayan tras el dinero de las FARC”, en el que se calificó a Merino como “el hombre de las FARC en El Salvador” y se le señala como un prestanombres que encubría dinero para la exguerrilla colombiana en diversas cuentas.
En agosto de 2018, los congresistas federales estadounidenses Eliot Engel (demócrata) e Ileana Ros-Lehtinen (republicana), solicitaron al presidente Donald Trump, que incluyera a Merino en la lista Magnitsky, aprobada en 2016 por el Congreso con el propósito de perseguir a los corruptos y a los violadores de derechos humanos.
Dicha ley permite a los Estados Unidos golpear las fuentes económicas de los sancionados, quienes a partir de su incorporación a la lista negra no pueden tener cuentas bancarias en Estados Unidos. Además, las personas y empresas estadounidenses están impedidas de hacer negocios con ellos.
Vínculos de Rais y el gobierno
Estados Unidos no solo tiene en la mira a Merino y sus tentáculos dentro de las FARC y sus movidas en empresas offshore.
Al mismo tiempo en que los congresistas Engel y Ros-Lehtinen pidieron incluir en la lista Magnitsky, también solicitaron meter en ese listado al empresario José Aquiles Enrique Rais López.
Rais, al igual que José Luis Merino, también tiene operadores en el gobierno de turno, como el actual ministro de Trabajo, Rolando Castro, quien desde años atrás trabajó dentro de la Alcaldía de San Salvador y quien respondió a los intereses del empresario de desechos sólidos.
Desde abril de 2018, la Fundación Transparencia denunció los oscuros vínculos que Rolando Castro sostiene con el exempresario de la basura y prófugo de la justicia, con cuatro órdenes de captura en sus espaldas por delitos como cohecho y falsedad material.
Según denuncias recibidas por la fundación, Castro habría participado en algunos negocios oscuros como el de la empresa HydroOil, la cual preveía de combustible a la Alcaldía de San Salvador y cuyas acciones en un 99% pertenecen a Rais.
Esta empresa ganó licitaciones lanzadas por la alcaldía capitalina en cuestionables procesos, ya que HydroOil obtuvo la licitación durante tres años consecutivos como único ofertante.
Rolando Castro, ahora en el Ejecutivo, trabajó durante más de 20 años en la alcaldía capitalina y maniobró para que a HydroOil -que hasta diciembre de 2015 reportaba ingresos de $3,244,994.15- se le adjudicara de forma total la licitación pública LP-08-AMSS-2017 denominada para el suministro de combustible diésel y gasolina en cupones.