El Salvador
miércoles 15 de enero de 2025

El extraño caso de una mujer estrangulada por su sobrino en la colonia Escalón

por Gerardo Arbaiza


Investigadores han preferido no revelar la identidad de las víctimas y a qué se dedicaban. El presunto responsable ya fue detenido por la PNC.

El portón de la Casa 9 de la comunidad Cristo de La Paz en la Colonia Escalón llevaba un par de horas de haber sido abierto por investigadores de la Fiscalía General de la República y la Policía Nacional Civil (PNC).

Desde 10 metros de distancia, donde la cinta divisoria de la escena del crimen había sido puesta, resaltaban a la vista tres cosas: Una botella de vodka en el techo de un sedán verde, una sandalia debajo del mismo vehículo, y una huella de sangre, que daba la bienvenida a la vivienda de dos plantas.

La PNC fue advertida del crimen, a las 04:08AM de este martes. El cuerpo de una mujer, que sobrepasaba los 50 años de edad, yacía en la cochera que da cabida a una camioneta y al antes mencionado sedán.

Los peritos criminales examinaban con detenimiento la escena. Iban y venían de la vivienda, que quedó en las mismas condiciones desde ocurrido el crimen. Ninguno de los investigadores escatimaba en guantes de latex, para no contaminar la investigación.

Aun cuando las tensiones entre la PNC y la FGR han sido evidentes en las últimas semanas, los investigadores de ambas entidades trabajaban en santa paz mientras procesaban el crimen. Al filo de las 11 de la mañana, era poco lo que se conocía del homicidio ocurrido en tan sui géneris locación, flanqueada por negocios que van desde cafeterías, hasta oficinas poligráficas, salones de belleza y ventas de ropa para bebés.

El contraste de la comunidad añadía a lo absurdo del escenario: Viviendas populares estrechas y casas de dos pisos con cocheras, solo eran divididas por la Calle Circunvalación, contiguo al concurrido Paseo General Escalón. La PNC se había encargado de poner una cinta divisoria en el acceso a la comunidad, lo cual, no impidió que vecinos curiosos se asomaran.

La obstrucción del tránsito libre ya empezaba a ser molesto para algunos vecinos: Un hombre de entre 40 a 50 años, le solicitó paso a los policías para poder entrar a su oficina, que estaba en la casa a la par de donde ocurrió el crimen. Uno de los agentes destacados, le dijo que ingresara sin su vehículo, a través de la casa comunal que estaba en la siguiente calle a la izquierda.

FOTO: D1/MIGUEL R. LEMUS

FOTO: D1/MIGUEL R. LEMUS

El hombre dijo que conocía a la familia, pero que usualmente no cruzaba muchas palabras con ellos, más que el “buenos días” de rigor, cuando llegaba a trabajar. Otras personas trataban de convencer a los policías que los dejaran atravesar los cordones, ya que se aproximaba el almuerzo y debían hacer entregas de comida de sus cafeterías a trabajadores de negocios cercanos.

Algunos vecinos, de la hilera de las casas amplias, veían desde sus patios y terrazas, los pormenores de las investigaciones criminales. Aunque no había mucho que ver, el simple hecho de ver cinta amarillas y personas con pasamontañas ir y venir de la casa de un habitante del lugar, era de por sí un espectáculo.

Los primeros avisos que surgieron en las redes sociales, hablaban de un feminicidio, ya que lo primero que se alcanzó a identificar fue que la víctima se trataba de una mujer. Algunos lugareños comentaron que podía ser que los hijos de la víctima estuvieran involucrados, pero nada era oficial.

Casi al borde del mediodía, un pickup rojo con placas particulares llegó a acompañar las cuatro patrullas que estaban apostadas en el pequeño reducto en el que se dio el crimen. Vestido con botas tácticas beige, pantalón del mismo color y un polo negro; un investigador de la PNC se bajó del vehículo y se abrió paso con gestos toscos, para luego reunirse con el resto de los investigadores.

Aunque la consigna era mantener el sigilo de la información que se manejaba, el investigador hablaba en voz alta con uno de sus superiores, a quien puso en altavoz en su teléfono. Esa conversación, empezó a esclarecer el panorama del crimen.

Los indicios que manejaba el investigador, los cuales compartía con su superior, apuntaban a que un sobrino de la víctima, la asesinó a altas horas de la madrugada, y luego arremetió contra dos de sus primos, armado con un bate de béisbol.

El victimario habría logrado golpear a sus parientes y luego se dio a la fuga. La persecución ya estaba en marcha, y se auguraba que la búsqueda no duraría mucho tiempo, ya que había una cámara de seguridad instalada en uno de los postes de tendido eléctrico de la comunidad. Por si las dudas, cuatro elementos de la Sección Táctica Operativa (STIO) de la PNC, ya había iniciado un operativo en las casas más humildes del sector.

FOTO: D1/MIGUEL R. LEMUS

FOTO: D1/MIGUEL R. LEMUS

El investigador manifestó en esa llamada, que iban a perfilar al fugitivo por los delitos de homicidio y homicidio tentado. Mientras  tanto, Un subinspector de la PNC, que hasta entonces había omitido hablar con la prensa, trató de gestionar declaraciones con la fiscal del caso.

Aproximadamente a las 12:25 del mediodía, la fiscal se abocó a los medios, pero su premisa fue no revelar datos sensibles del caso. Omitió hablar sobre a que se dedicaba la familia, ni identificar a la mujer asesinada, ni a los jóvenes heridos, de los que sí admitió, se encontraban en recuperación en un hospital.

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Otro elemento nuevo que aportó la fiscal, fue que la víctima había sido estrangulada, aunque no dijo con qué objeto, ni el posible móvil del crimen, o si alguna sustancia psicotrópica estaba involucrada en el mismo.

Cerca de la 1:00PM, los investigadores habían terminado de procesar la escena, en la que inspeccionaron casa y vehículos parqueados. La espera por los forenses de Medicina Legal pareció eterna, pero el tiempo en que trabajaron fue relativamente breve, en el que lograron extraer a la víctima con suma cautela.

La PNC había mantenido una cobertura sorprendentemente detallada del hecho en sus redes sociales. Aseguró en un tweet en su cuenta institucional, que estaban ante un feminicidio, pero la fiscal del caso contradijo esa hipótesis, y afirmó que no había habido misoginia de por medio en el crimen.

Un par de horas más tarde, la PNC anunció la captura de Pedro Antonio Gálvez Ramírez, sobrino de la víctima y el principal sospechoso de ser su verdugo.

https://twitter.com/PNCSV/status/1361790430522785793?s=1002

El vehículo de Medicina Legal dejó la vivienda, unos cuantos minutos después de las 2:00PM, lo que provocó que algunos de los vecinos, que hasta entonces había permanecido encerrados, decidieran salir para ver como ese automotor, con un cadáver en su interior, se perdía entre el tráfico.

Faltaría un tiempo para que la PNC levantara la cinta amarilla, pero la sola extracción del cadáver de aquella vivienda, parecía un alivio al mal trago colectivo.