Con palmas en alto y corazones dispuestos, cientos de feligreses católicos recorrieron las calles del Centro Histórico de San Salvador para conmemorar el Domingo de Ramos, rito que recuerda la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén y marca el comienzo de la Semana Mayor.



Desde la catedral metropolitana de San Salvador, la imagen de Jesús fue acompañada por creyentes que avanzaron en procesión entre cantos y rezos, pasando por plazas emblemáticas como plaza la Libertad, plaza General Gerardo Barrios y plaza Morazán, bajo la mirada de edificios históricos y el murmullo de una ciudad que se detuvo para celebrar la fe.



La aspersión del agua, roció a los asistentes como símbolo de purificación y renovación espiritual. Las palmas se elevaron al cielo.



“El evangelio de hoy nos recuerda que Jesús no entra con poder ni con armas, sino con humildad. Así debe ser nuestro corazón esta semana: sencillo, dispuesto y abierto a la paz”, expresó el arzobispo de San Salvador durante su homilía.



La caminata concluyó con el regreso a catedral para celebrar la santa misa, mientras los fieles se preparan para vivir los días más significativos del calendario cristiano: la pasión, muerte y resurrección del Jesucristo.


