martes 22 de octubre del 2024

Escasez de vara de Castilla está dejando sin piscuchas a El Salvador

por Gabriel Aquino


Los artesanos salvadoreños dependen de este material para crear el juguete tradicional con la calidad que merece. También se han visto afectados por la falta de interés de los jóvenes ante las nuevas tecnologías.

En El Salvador, la artesanía ha sido siempre un reflejo de la identidad y cultura nacional. Sin embargo, los artesanos que elaboran productos tradicionales como las piscuchas enfrentan un nuevo desafío: la escasez de la vara de Castilla, un material fundamental para su trabajo.

A pesar de que se puede utilizar otros materiales para su estructura, como el bambú, la vara de Castilla es la más eficaz para asegurar una correcta elevación de la piscucha, cuyo vuelo y colores ha traído alegría y diversión a la niñez salvadoreña por generaciones.

Doris Rodríguez, una vendedora y artesana de piscuchas, relata cómo la falta de este insumo ha complicado la producción. “Trabajamos cinco tipos de piscuchas, desde la ‘Barquita’ hasta la ‘Pescadita’. Aunque hemos mantenido la creatividad, la escasez de vara de Castilla ha afectado mucho. Este material no solo se usa en la artesanía, sino también en la construcción de viviendas de bajos recursos”, explica.

Ante la baja producción de piscuchas, vendedores utilizan su creatividad para llamar la atención de los compradores. Foto:D1/Gabriel Aquino
En ciertos puntos de San Salvador se pueden ver las ventas de piscuchas. Foto:D1/Gabriel Aquino
La vara de Castilla, unas de las herramientas que se utiliza para la elaboración de una piscuchas, se encuentra escasa según explicaron artesanos. Foto:D1/Gabriel Aquino
La temporada de venta de piscuchas en El Salvador inicia desde el mes de septiembre y finaliza las primeras semanas de noviembre. Foto:D1/Gabriel Aquino

Según Doris, pocas personas se dedican a cultivar esta planta, lo que ha incrementado la demanda y ha limitado la oferta. A pesar de los retos, la venta de piscuchas y otros juguetes típicos de El Salvador sigue siendo un mercado activo, especialmente durante los últimos meses del año, ya que los clientes muestran una buena respuesta a sus productos. También, muchos compradores llegan de Guatemala, arrasando con el inventario de los artesanos salvadoreños.

«Lo que tenemos se vende rápido. En septiembre ya estábamos casi sin producto», comenta Doris, quien ha notado un aumento en la demanda de piscuchas durante los últimos dos años. El problema de la escasez no solo afecta la producción local, sino que también pone en riesgo la continuidad de estos productos artesanales. Aun así, los artesanos, con su ingenio y dedicación, buscan mantener viva la tradición, adaptándose a las circunstancias y trabajando con lo que tienen.

Algunos artesanos utilizan logos o dibujos de personajes animados que puedan atraer a los compradores. Foto:D1/Gabriel Aquino
«En estos días es poco ver a los niños usar una piscuchas, ahora se usan los celulares esperemos no pierdan esta bonita tradición», explicó Doris, artesana de piscuchas. Foto:D1/Gabriel Aquino
Los precios de las piscuchas se encuentran desde los $0.25 hasta los $3.50 de dólar, variando en el tamaño y diseño. Foto:D1/Gabriel Aquino.