Más de 2,000 militares y 500 policías se han desplegado en un cerco de seguridad en la colonia 10 de Octubre, en San Marcos, San Salvador Sur como parte de las medidas del gobierno salvadoreño para combatir los remanentes de la delincuencia en esta zona. Durante años, la colonia fue un bastión de la MS13 en la región sur de la capital, lo que la convirtió en un punto crítico de inseguridad.
Los accesos a la colonia han sido bloqueados con retenes, donde los soldados realizan revisiones exhaustivas a quienes intentan ingresar o salir. Los controles incluyen la inspección de vehículos, la revisión de tatuajes en los cuerpos de los transeúntes y la búsqueda de armas.
Las tanquetas y camiones del ejército transitan por las estrechas calles de la colonia, enviando un mensaje claro: el control de la zona está bajo vigilancia militar. Aunque la operación ha generado cierta calma entre los habitantes que viven con el temor de la violencia pandilleril, también ha causado inquietud entre aquellos que sienten que la presencia masiva de militares podría prolongarse sin un fin claro.