Los capitalinos pusieron de moda una tendencia en accesorios durante las fiestas agostinas. “Ganchos” y diademas de patitos amarillos para el cabello fueron una sensación entre niños, mujeres y hombres.
El precio de los “ganchos” era de dos dólares y el de las diademas tres dólares. Vendedoras ambulantes dijeron que los patitos amarillos se estaban “vendiendo como pan caliente”, ya que este accesorio fue del gusto de muchos capitalinos.
Los patitos comenzaron a ponerse de moda durante el desfile del comercio (3 de agosto) y luego se observó también su uso en el parque de diversiones Sívarland, contiguo al Estadio Cuscatlán.
El uso de los patitos aumentó durante el desfile del día del comercio (3 de agosto) y en el parque de diversiones Sívarland, contiguo al estadio Cuscatlán.