Tras dos semanas del devastador incendio en el Mercado Central, los vendedores afectados por el siniestro enfrentan nuevos desafíos para poder subsistir ya diario se las ingeniosas para vender de cualquier manera. Están a la espera de que las autoridades edilicias los reubiquen lo antes posible.
Los comerciantes han tenido que adaptarse a espacios improvisados o compartidos en el pabellón de carnes, donde las ventas han disminuido. El fuego, que afectó gran parte de la zona sur del edificio, dejó a varios vendedores sin mercancía. Los que recibieron daños mínimos se han visto obligados a alquilar locales para poder seguir operando.
El alquiler de estos espacios ha generado una carga financiera adicional. Además, la falta de comodidad y la disminución en el flujo de clientes ha provocado mayores problemas, ya que apenas un 30% de sus clientes habituales han logrado ubicar a sus proveedores.
«Podemos decir que del 100% de nuestros clientes, solo el 30% nos han localizado. Nosotros como los otros vendedores nos mantenemos comunicados ya que los clientes nos siguen buscando, pero nos esta costando. Seguimos esperando que nos avisen de cuándo es que vamos a regresar al mercado», dijo Annabel Gutiérrez, vendedora de carnes ubicada en un estacionamiento cerca del mercado central.
El edificio del mercado está bajo evaluación para determinar el alcance de los daños en la estructura, suelos y otras áreas. Sin embargo, el proceso es largo y los vendedores temen que el regreso a sus puestos tradicionales tarde mucho más de lo previsto. En medio de esta situación, muchos comerciantes se han visto obligados a deambular.