miércoles 30 de octubre del 2024

El sufrido peregrinaje del Cristo Negro

por zmultimedia

Peregrinos se arrastran para cumplir las promesas al Cristo Negro, en Portobelo, Panamá. «¿Quién vive?» preguntaba a viva voz una mujer que se arrastraba de espaldas por el suelo terroso  la iglesia de San Felipe, en Portobelo, en el Caribe de Panameño, que cada año en esta fecha recibe a miles de devotos de su Cristo Negro. «¡El Nazareno!” respondían al unísono los devotos, entre ellos otra mujer que también se arrastraba en cumplimiento de alguna promesa hacia el templo que alberga la venerada imagen y que nuevamente rebosaba de feligreses y velas encendidas.

Gente de todas las edades, muchos ataviados con prendas de color púrpura, se arrodillan frente a decenas de velas para orar en total concentración, pese al ruido que constantemente rodea el lugar. Muchos también miraban al Cristo Negro, ataviado con una túnica púrpura adornada con hilos y aplicaciones doradas, incluida la corona de espinas, cargando una gran cruz de metal.

Según los historiadores, la imagen esculpida en madera negra con una túnica morada fue rescatada de las aguas del Caribe por un indígena, previo a que se desatara una epidemia de viruela, que cesó cuando el pueblo le rogó protección, el 21 de octubre de 1658.

Otra versión de la fiesta es que la imagen llegó a Portobelo a bordo de un galeón español, con el objetivo de ser trasladada a Perú o Colombia, pero las violentas ráfagas de viento y lluvia provocaron que los marineros desistieran de zarpar y optaran por dejarla allí.

FOTOGRAFÍAS: D1-EFE/BIENVENIDO VELASCO

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