Un atentado suicida, reivindicado por el grupo Estado Islámico causó al menos 22 muertos, entre ellos menores de edad, y 59 heridos el lunes por la noche tras un concierto pop en Manchester, catalogado como el ataque más sangriento que ha golpeado a Inglaterra desde 2005.
Según la policía, una poderosa explosión se produjo en el vestíbulo del Manchester Arena, un recinto con capacidad para 21.000 personas, hacia las 21:30 (hora local), cuando finalizaba el concierto de la cantante estadounidense Ariana Grande.
El atentado fue cometido por un hombre que hizo estallar un artefacto «improvisado». Entre las víctimas mortales hay varios niños y adolescentes que asistían al concierto. La explosión provocó pánico en la sala pero también en el exterior, donde los padres esperaban la salida de sus hijos.
Fotos: D1/AFP
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