Más de un millón de personas asistieron en Manila, a pesar de la amenaza de atentados, a la procesión anual del Nazareno Negro, una de las más impresionantes manifestaciones de devoción católica.
Los fieles están convencidos de que la efigie de Jesucristo, que carga sobre sus hombros una gran cruz negra, posee poderes milagrosos y puede curar enfermedades y aportar buena fortuna.
«Si usted tiene deseos, serán escuchados si reza mucho», explica a la AFP Lolit Gonzales, de 45 años, sentada en la acera después de haber cumplido su turno tirando del carro que transporta las figuras.
Alrededor, la muchedumbre intenta acercarse lo más posible, para luego encaramarse en los hombros del vecino más cercano para abrazar al ícono, y frotarlo con un trapo blanco.
Gonzales, una esteticista de 45 años, está convencida que el haber participado hace dos años en la procesión fue lo que la curó de un problema en una rodilla que, según los médicos, era necesario operar y utilizar medicamentos, cosas que su economía no le permitían.
Fotos D1/AFP/Noel Celis
[cycloneslider id=»marea-humana-en-manila-para-la-procesion-del-nazareno-negro»]