Hace 17 años la familia de Isabel Ramos abandonó el empobrecido pueblo de Murra para trabajar en la vigorosa industria del tabaco en Estelí, en el norte de Nicaragua, donde se producen puros apetecidos en todo el mundo.
Ella, tres hermanos y sus padres encontraron en las tabacaleras nacionales y extranjeras que operan en la zona un medio de subsistencia que les genera cerca de 900 dólares al mes para sostener a la familia.
«Si no fuera por el tabaco estaría trabajando como cocinera» por 50 dólares al mes, dice a la AFP Isabel, de 31 años, mientras cuenta los 4.000 capotes -hojas para armar puros- que debe ordenar a diario en la empresa estadounidense Oliva Cigars.
«Son montones de gente» las que huyen de la pobreza de sus comunidades para trabajar en las fábricas y plantaciones de tabaco de Estelí, explica la obrera, madre de dos adolescentes de 15 y 17 años.
La industria tabacalera ocupa a unas 35.000 personas en el norte de Nicaragua, muchas veces a familias enteras.
La industria ha dinamizado el sector de la construcción, el comercio y el turismo de Estelí, convertido en uno de los centros económicos más importantes del país más pobre de América Central.
Fotos D1/AFP/Inti Ocón
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