La fiesta de los jóvenes católicos en Cracovia no se detuvo este martes pese al asesinato de un cura dentro de una iglesia en Francia, un acto que el papa Francisco condenó con fuerza la víspera de su llegada a Polonia para presidir la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
«La JMJ es una gran fiesta y esperamos que el ataque en Francia no la vaya a ensombrecer», aseguró a la AFP el jefe de la agencia católica de información polaca KAI.
La noticia del ataque perpetrado este martes contra una iglesia en Normandía, durante el cual un sacerdote de 84 años fue degollado en una toma de rehenes, cayó como una ducha fría en Cracovia, ciudad a la que están llegando cientos de miles de jóvenes de todo el mundo para la gran fiesta de la juventud católica, entre ellos numerosos latinoamericanos.
Fotos D1/AFP
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