Un cuadro congelado en el tiempo, pareciera ser el escenario perfecto de una puesta en escena en la que los carros antiguos, aquellos de los años 50 siguen funcionando. Así es Cuba: una isla donde todavía existen paisajes del pasado en los que los conocidos popularmente como “almendrones” son parte del adorno.
Luego de la Revolución Castrista, en 1959, estos carros clásicos se han convertido en la joya que Cuba guarda. Algunos en buen estado, otros con “remiendos”, modificados con ingenio que solo el cubano sabe hacer en un lugar que por años ha estado limitado a vivir con los recursos contados, debido al embargo de Estados Unidos.
Ante los recientes acercamientos entre la nación estadounidense y la cubana, se habla de un futuro de diferente de estos automóviles. Se prevé que, los más conservados, pueden ser comprados por miles de miles de dólares. Otros, por su parte, dicen que saldrían de circulación por el simple hecho que el cubano, esta vez, podría tener acceso a vehículos.
“Las cosas han ido cambiado, a paso lento, pero han cambiado”, aseguró un cubano a este medio sobre las políticas que ha implementado el presidente cubano, Raúl Castro. “Él tiene otra visión”, recalcó el hombre, ante las diferencias visibles que hay entre Raúl y Fidel, los hermanos Castro. De momento, lo que sí es cierto es que un carro de tercera o cuarta mano sigue siendo como una galaxia vista a la distancia por el pueblo cubano. Solo un carro usado marca Peugeot puede rondar los $30,000.
¿Qué pasará con estos vehículos? ¿Cuba dejará de ser la isla de los almendrones de haber un acercamiento entre los países? Esas son las preguntas que surgen.