“Retrato hablado de la indiferencia” es el nombre de la instalación fotográfica de 22 imágenes del fotoperiodista Marvin Recinos, que fueron puestas en tres puntos de la capital.
El trabajo lo empezó a documentar hace año y medio en las calles del centro histórico de San Salvador, y fueron mostradas a los capitalinos desde el 18 de septiembre, pero luego de 10 días de exhibición solo se pueden apreciar partes de las imágenes.
Marvin dice que dio los frutos esperados. “Se logró el objetivo de la instalación, lo que deseaba era ver la reacción y las diferentes manifestaciones que tendría la gente, el ciudadano común, el que espera el bus, el que camina, el que por un segundo disminuyó la marcha de su vehículo para dar una mirada a las fotos”, asegura.
Lo interesante, desde su punto de vista, es ver la manifestación que tuvo la gente a través de las redes sociales, hubo comentarios a favor y en contra. Personas ante la destrucción de las imágenes lo animan a seguir y otras, dice, simplemente dejaron mensajes desagradables.
Fue un tema que generó mucho debate. “Cómo es posible que un simple papel genere reacciones, discusiones y toque sentimientos, esa es la parte con la cual me quedo”, argumenta.
Después de mostrarle una serie de imágenes donde se plasma la destrucción de algunas que fueron pegadas sobre la 49 av. Sur, frente al estadio Mágico González, dice que creyó que las primeras en ser destruidas serían las que están situadas por la 33 av. Norte entre la Alameda Juan Pablo II y calle Sisimiles.
Según él, lo curioso de la destrucción de las fotos frente al estadio es que la única foto que sobrevive es la de una pareja de indigentes que se dan un beso en la mejilla. A pesar del caos existe una esperanza, afirma.
Fueron 9 fotos que se instalaron sobre la 33 av. Norte, 8 frente al estadio Mágico González y 5 por la 49 av. Sur y pasaje Los Héroes.
Fue un trabajo muy interesante, porque Recinos conoció decenas de casos de indigentes que fotografiaba, poco a poco fue documentando y enriqueciendo el proyecto, que al inicio no tenía claro que haría él con las imágenes.
Cuenta que siempre, al inicio, le cuesta contextualizar. En cuanto sabía lo que quería hacer, pensó que lo mejor era mostrar el trabajo al ciudadano común. Quizá lo normal hubiese sido exponerlas en algún lugar bajo techo, un cóctel y que un grupo reducido de personas la vieran.
Texto y Fotos: Nelson Dueñas