La respuesta de Pekín a las manifestaciones estudiantiles en Hong Kong demostrará hasta dónde está dispuesto a llegar para evitar que la fiebre democrática se extienda al continente.
Una respuesta enérgica amenazaría la reputación de esta ciudad como centro empresarial y financiero estable de primera categoría mundial. Pero, por otro lado, Pekín teme que las protestas se extiendan más allá de este territorio y amenacen el sistema de partido único.
«China vigila esto con gran nerviosismo», afirmó Michael Kugelman, un experto en Asia del Centro Internacional de Investigación Woodrow Wilson. «Nos estamos acercando al punto de inflexión», agregó.
Muchos manifestantes han señalado su preocupación por el fortalecimiento del poder de Pekín en esta ciudad de siete millones de habitantes y afirman que las libertades de las que goza esta excolonia británica están amenazadas.
A pesar de los llamamientos de EEUU a la moderación después de que la policía disparase gases lacrimógenos contra la multitud, China dijo que apoya «plenamente» a las autoridades hongkonesas en su forma de actuar frente a las manifestaciones. «Nos oponemos a todos los actos ilegales en Hong Kong», declaró este martes la portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Hua Chunying.
Los manifestantes en su mayoría estudiantes, exigen la convocatoria a elecciones abiertas y la renuncia del jefe del ejecutivo, Leung Chun-Ying.
Fuente: AFP