Tras quince temporadas en las que ganó 32 títulos, el capitán del Barcelona, Sergio Busquets, apuesta por una última aventura en el extranjero antes de colgar las botas.
En una entrevista con EFE, «Busi» repasó su carrera como azulgrana y adelantó que, tras su retiro, le gustaría formarse como entrenador e iniciar una nueva etapa en los banquillos.
SU DECISIÓN DE DEJAR EL BARÇA
«No ha sido una decisión fácil, porque estaba en el club de mi vida, en mi casa, con mi familia, con todo lo que necesitaba. Pero creo que era el momento, porque me voy como quiero, siendo un jugador importante, capitán y ganando títulos».
«A nivel mental, estar quince años en un club como el Barça no es fácil. Y también nos apetecía vivir una experiencia familiar fuera, en el extranjero, diferente».
SU FUTURO EN LOS BANQUILLOS
«Jugar en una posición que requiere un poco saber manejar el equipo, ha hecho que me fuera influyendo y que me fuera interesando ser entrenador. El preparar las cosas, tenerlo todo controlado. Me voy a sacar el carné de entrenador cuando dejé el fútbol y, a partir de ahí, creo que lo voy a intentar. Creo que tengo condiciones, que estoy capacitado».
LO QUE LE HA DADO EL FÚTBOL
«El fútbol me ha dado muchas alegrías, muchos amigos y momentos únicos. Siempre he soñado con poder ser futbolista porque era mi pasión desde pequeño, lo que he vivido en casa, en la familia, y lo que luego hacía con mis amigos».
«Me ha dado una vida muy plena, en el sentido de que he conseguido todo lo que me he propuesto, incluso mucho más. Y, sobre todo, el reconocimiento y el trato humano con todas las personas que he conocido».
«Mi padre siempre nos decía: ‘podéis ser lo que queráis menos porteros, que se sufre mucho’. Desde pequeño siempre tuve claro que no quería ser portero, que quería ser jugador y marcar goles. Bueno, lo de goles, ahora ya no tanto (risas)».
CÓMO LE RECORDARÁ EL BARCELONISMO
«Creo que la gente me va a recordar como un jugador de equipo que ha intentado hacer mejores a sus compañeros, que lo ha dado todo por el club, al que no se le puede reprochar nada y que siempre ha estado en los buenos y malos momentos».