El Manchester City terminó de afinar su puesta a punto para acometer su venganza ante el Real Madrid con una victoria sólida frente al Leeds United (2-1), incapaz de frenar a un grupo coral que durante el primer acto arrasó y que sufrió durante los últimos cinco minutos por un tanto aislado de Rodrigo Moreno.
Los hombres de Pep Guardiola han afinado a la perfección su maquinaria para llegar a los instantes cumbres del curso en su mejor momento. Cada partido que pasa, los engranajes del City circulan con mayor precisión y dan una imagen de poderío que genera pavor entre casi todos sus rivales.
Con su victoria ante el Leeds United, acumula 19 partidos oficiales sin derrotas con 16 victorias y 3 empates. Sólo el Nottingham Forest, el Leipzig y el Bayern han conseguido algo más que una derrota.
Y los empates a domicilio ante los equipos alemanes muestran una evidencia preocupante para el Real Madrid: el City, a diferencia del curso pasado, es capaz de renunciar a su estilo para convertirse en un equipo más conservador que después te machaca en el Etihad Stadium.
Frente al Leeds se puso el traje del City dominador abusón. Desde el primer instante fue a por el partido, a controlar la pelota y a no dejar ni un centímetro de césped a su rival, que estrenó entrenador en la figura de Samuel Allardyce (por Javi Gracia) con cuatro cambios en el once, entre ellos la aparición del portero español Joel Robles junto a Júnior Firpo, Maximilian Wöber y Adam Forshaw, que sustituyeron a Robin Koch, Liam Cooper y Crysencio Summerville.
Guardiola sentó en el banquillo a Rodri Hernández para oxigenar a un hombre clave y contó con Kevin De Bruyne, absolutamente recuperado tras ausentarse por lesión en los dos últimos partidos. El belga, junto a Ilkay Gündogan y Riyad Mahrez formaron en el centro del campo un tridente espectacular, que desarmó cualquier posible plan del Leeds de sumar algún punto para mantenerse fuera de los puestos del descenso.
Durante todo el partido, pero especialmente durante los primeros 45 minutos, De Bruyne, Gündogan y Mahrez fueron una auténtica pesadilla para el equipo de Allardyce. Entre los tres, generaron una cantidad de grietas enormes de las que se aprovechó Gündogan, que se anotó dos tantos con los que acabó con el duelo.
En el primero, a los veinte minutos, De Bruyne abrió el campo con un toque exquisito hacia la banda derecha, desde donde Mahrez fabricó un centro al borde del área que enganchó Gündogan con un derechazo inapelable. Y en el segundo, siete minutos después, de nuevo Mahrez asistió a Gündogan y el alemán, con su poderosa llegada, dejó el encuentro prácticamente sentenciado.
El ciclón del City, probablemente muy inquietante para cualquier espectador madridista, sólo tuvo una buena noticia de cara a la ida de las semifinales: Erling Haaland mostró su cara menos voraz del curso. El delantero noruego falló lo que casi nunca suele fallar y se marchó frustrado del duelo.
En el primer acto, falló en un disparo a bocajarro desde el punto de penalti tras una dejada espectacular de Kevin De Bruyne; y en el segundo, estrelló dos balones contra el palo de la portería defendida por Joel Robles cuando tenía casi todo hecho para marcar.
Haaland olió el gol muy cerca, pero no llegó a tocarlo con los dedos y querrá resarcirse en el Bernabéu. Ni siquiera tiró el penalti que falló Gündogan en el tramo final con el que pudo cerrar su triplete y un partido que se complicó en los últimos cinco minutos con el tanto de Rodrigo tras un error de Manuel Akanji.
Durante un suspiro, el City sufrió. Se vino abajo cuando pudo estar en la cima. Algo parecido a lo que le pasó ante el Real Madrid la pasada temporada, cuando jugó mucho y bien, aunque la efectividad y la insistencia blanca pudo con ellos. Seguramente, Guardiola pasó del aplauso a la preocupación. Por errores de ese calibre, por deshincharse en un suspiro, el curso pasado se quedó fuera de Europa. Y, el Real Madrid, no es el Leeds. El Real Madrid, te puede aniquilar.
Al final, la sangre no llegó al río. La falta de acierto de Haaland y los cinco últimos minutos de sufrimiento, fueron el único ‘pero’ de un equipo que sigue en la pelea por lograr el triplete: en la Copa, espera el United en la final; sigue en la carrera por la Liga de Campeones; y en Liga es líder con cuatro puntos de diferencia sobre el Arsenal y un partido menos. Todo en orden antes del Bernabéu. El City quiere venganza y llegará al choque ante el Real Madrid en su mejor momento del curso.