martes 22 de octubre del 2024

En el Día del Niño conoce cómo fue la infancia de destacado jugador de Alianza

por Astrid Mejía


El talentoso jugador se crió en el campo rodeado del ganado, las gallinas y las cosechas. Pronto tuvo que aprender a trabajar la tierra y a ordeñar vacas para llevar el sustento a su familia.

Narciso Orellana nació un 28 de enero de 1995 en Metapán. Y aunque a sus 26 años ha llegado a consolidarse como el mejor volante de contención del país, consiguiendo cuatro títulos con Alianza FC, su infancia no fue nada fácil, por lo que tuvo que trabajar duro desde chico para llegar a surcarse un nombre.

Narciso se crió en el campo rodeado del ganado y las cosechas. Pronto tuvo que aprender a trabajar la tierra para ganarse el plato de comida y ayudar a su familia con el sustento que después le permitió llegar adonde está.

Así, alimentó gallinas, aprendió a cultivar la tierra y a ordeñar vacas, entre otras actividades que se suelen realizar en el campo.

Antes, jugaba al fútbol solo por diversión, pero después desarrolló un talento increíble hasta consagrarse como el mejor volante ‘5’ del país, por lo cual se ha ganado un puesto inamovible en la Selecta.

Narciso Orellana 02

Narciso Orellana. /Foto Instagram

Su familia, especialmente su padre, de quien heredó su nombre, soñaba con verlo en Primera División.

Pero llegar ahí se veía muy difícil. Comenzó jugando en el equipo de Texistepeque que militaba en Segunda División y luego tuvo la oportunidad de entrar a Isidro Metapán, desarrollándose principalmente cuando llegó Jorge “Zarco Rodríguez” con quien ganó tres títulos, y después el entrenador se lo llevó a Alianza FC en 2017.

Ya siendo jugador de fútbol, Narciso mezclaba las labores en el campo con su prometedora carrera como volante de contención.

“Nunca me imaginaba que iba a lograr lo que he logrado”, comentó el futbolista al verse en el espejo con una envidiable trayectoria a sus 26 años. Y sabe que aún tiene mucho para dar.

La familia de Narciso cultivó un gran chico y ahora cosecha los frutos de las enseñanzas inculcadas desde su infancia.