La Federación Salvadoreña de Fútbol (Fesfut) ha tratado de vender un nuevo rostro, con el proceso de la selección masculina liderado por Hugo Pérez, que ha atraído más patrocinadores para todas las modalidades y categorías; pero la situación con el fútbol femenino parece no cambiar ante la falta de diálogo y apertura del técnico de la mayor, Eric Acuña, quien se ha negado a escuchar las peticiones de las jugadoras de cara a la eliminatoria para el Mundial de Australia-Nueva Zelanda 2023.
El entrenador de la Selecta femenina mayor resolvió separar a cuatro jugadoras el pasado sábado, luego que ellas le solicitaran cambio de horario para los entrenos que les impone bajo el potente sol del mediodía en la cancha sintética de la Fesfut, lo cual les produce laceraciones y fatiga.
Las cuatro jugadoras excluidas del grupo son Maggi Segovia, Stefani López, Zulia Menjívar y Sandra Maravilla, todas de C.D. FAS, y la última concedió una entrevista a Diario 1 para ampliar sobre los problemas que suceden en la selección, como la inflexibilidad del técnico y la falta de interés de la Fesfut por darles al menos viáticos, como en su caso que se traslada desde San Luis La Herradura, La Paz, por lo que le toca levantarse a las 4:30 a.m. para asistir a la concentración.
¿Desde qué momento comienzan a sentirse incómodas en el grupo?
Empezó el viernes que llegamos, nosotras nos sentimos extrañas por no tener desayuno y porque los cuartos no estaban listos, entonces nos tocó cambiarnos afuera en los baños que las demás personas usan. Pero eso lo vimos normal. En la tarde, entre todas las compañeras llegamos a un acuerdo de hablar sobre qué posibilidades habían de cambiar el horario de entreno.
¿Cuántas jugadoras estaban de acuerdo en hacer esa petición?
Todas las que estábamos ahí. A todas les hicimos del conocimiento y todas dijeron que sí. Así, cuando él llegó le dijimos “profe queremos hablar con usted”, que si cabía la posibilidad de cambiar el horario y él dijo que no, esa fue su postura en todo momento. Su explicación fue que él sabía lo que hacía y que él tenía sus másteres y que nosotras solamente nos teníamos que entregar. Al ver su negatividad nadie dijo nada después y ahí murió.
¿Qué vino después?
El problema fue que a partir de ese comentario de Zulia (Menjívar), (Brenda) Cerén, y yo que también pregunté, él se agarró de eso y fue contra un cierto grupo. Eso fue lo que nosotras sentimos porque siempre hizo comentarios cuando había una de nosotras o el grupo completo de las jugadoras que al final nos corrió. Por ejemplo, en la noche después de la cena dijo que por sentirnos cansadas nos iba a dar una hora más de gimnasio y luego cuando nos mandaron a llamar para hacernos las mediciones de pliegues él estaba poniendo una cinta métrica para medir la estatura, entonces vino una compañera y le dijo que la hiciera más arriba, y cuando la subió dijo “así como las mierdas que hablan”.
¿Cómo fue que decidió sacarlas de la Selecta?
A partir de esos comentarios y que no quería jugadoras de la sub-20 cerca de nosotras, vino una y dijo que ella se iba de la selección, nosotras también estuvimos hablando sobre eso, si irnos o quedarnos, porque no sabíamos qué pasaba, pues él al inicio no era así y notamos que había cambiado. Pero decidimos hablar con él para saber qué le pasaba, que si no nos quería en la selección, que nos dijera, ¿o por qué nos convocó si nos está haciendo esos comentarios incómodos? Cuando se llegó el entreno de las 10:00 de la mañana nos acercamos a él y le dijimos que queríamos hablar y él nos respondió bien tajante y fuerte “ustedes solo son habladurías”, pero después se sentó y dijo: “¿De qué quieren hablar?”. Yo le dije: “Profe, por momentos nosotras nos sentimos incómodas”. Entonces nos dijo: “¡Váyanse! Dejen su uniforme y váyanse”.
¿En ese momento cuántas eran?
Éramos cinco con Sandra Tamacas, pero él le dijo que no se dejara llevar por nuestras decisiones y por lo que nosotras hacíamos. Pero a las que nos echó fuimos Maggi Segovia, Stefani López, Zulia Menjívar y yo. Por la forma como nos echaron decidí hacerlo público porque me parece estúpido. Nosotras no habíamos hecho nada.
¿Qué pensás sobre las declaraciones que dio en los medios oficiales de la Federación, que el motivo por el que las sacó fue por indisciplina?
Habría que saber qué es indisciplina para él, porque nosotras no lo vemos de esa forma. No sé cuáles son las intenciones por las que dijo eso, pero nosotras lo que conocemos por indisciplina no tiene nada que ver con eso.
¿Qué se siente entrenar a esas horas en una cancha sintética? ¿Lo podrías describir?
Quema la planta del pie. Es muy caliente. A raíz de eso, una tiene que andar en puntitas o en el talón porque se siente que quema demasiado, como que tiene fuego. Cuando nos quitamos los tacos se nos hacen ampollas con agua y cuando nos volvemos a poner los tacos y presionas, te duele, por eso es que queríamos pedir el cambio de horario. No sufríamos esto en procesos anteriores, antes de Debbie Gómez (anterior seleccionadora) solo hacíamos dos entremos, con Debbie comenzamos a hacer tres, pero empezábamos bien temprano o nos llevaba a la cancha de grama natural que es muy diferente. No es que no queramos trabajar, si nosotras nos comemos ‘mangos’ con la sub-20, y es lo mismo, pero las niñas se quedan calladas porque varias andaban ampollas pero solo nos ponían vendaje y a seguir. Viendo que había una solución, nosotras como mayores decidimos avocarnos a él. Si era por indisponibilidad de canchas en la Federación, podría decirnos, pero no debería de ser así, porque somos la selección mayor femenina y por tal debería de ser prioridad usar la cancha que necesitamos.
Me comentás que el director deportivo se acercó a ustedes y que van a sostener una reunión ambas partes. ¿Qué esperarías?
Los mejores términos. Creo que a ambas partes le afecta, pero nosotras sabemos que las condiciones en las que estamos no son las mejores y que se nos echó por pedir cambios, pero espero que nos sirva a ambas partes. Si se da la posibilidad de seguir, bueno, y si no pues considero que todavía nos queda tiempo para estar en otro proceso. Yo siempre voy a seguir comprometida con la selección, pero tampoco tienen que pasar por encima de nosotras.
Ustedes vienen de un proceso en el que ha habido de todo en la Federación, como la denuncia de siete jugadoras de acoso sexual y discriminación por opción sexual, falta de incentivos, trato desigualitario, entre otras cosas. ¿Esperaban que este proceso fuera más limpio, con más dialogo y exento de todo este tipo de situaciones?
La verdad que sí. Ellos se ganaron nuestra confianza al principio. Antes de este último microciclo todo era muy diferente, por eso no entendemos qué le pasó. Hablamos de lo que pasó en el proceso anterior (de Elmer Guidos), le dijimos que no queríamos volver a vivir todo eso, dejamos claros todos esos puntos y él también estaba pendiente de que estas personas (anterior cuerpo técnico) no se involucraran en nada y nos pareció muy correcto porque nos hizo sentir cómodas; de hecho, nos dijeron que si algo nos hacía sentir incómodas que podíamos hablar y ver qué se hacía, pero no sucedió así.
¿Qué es lo que ustedes quisieran?
Nosotras lo único que queríamos es un cambio de horario para los entrenos porque, para la intensidad que él desea, se nos dificulta en el sentido que la cancha quema demasiado. En un microciclo con la sub-20 a mí se me puso morada una uña y se me cayó. Habiendo la posibilidad de entrenar más temprano como en el último proceso, lo podíamos hablar, no estábamos pidiendo que los entrenos fueran menos. En los procesos anteriores también nos daban viáticos, teníamos nuestro desayuno, y nos servía mucho, por ejemplo a mí, que me levanto a las 4:30 de la mañana para salir a las 5:30 de San Luis La Herradura, La Paz.