La selección de Italia completó su inmaculada fase de grupos con un triunfo por 1-0 contra Gales en el Olímpico romano y avanzó a los octavos de final de la Eurocopa como primer clasificada, por lo que viajará a Wembley para jugar ante el segundo clasificado del grupo C.
Un gol de Matteo Pessina en el minuto 41 fue suficiente para los hombres de Roberto Mancini, que encadenaron su undécima victoria consecutiva sin recibir goles e igualaron su récord de partidos sin derrotas, con 30, como los de la Italia de Vittorio Pozzo en los años 30 del siglo pasado.
Los «azzurri» no dieron opción a un Gales que se quedó con diez hombres por la expulsión de Ethan Ampadu en el 55 y que avanzaron a octavos como segundos, por lo que se enfrentarán en octavos, en Ámsterdam, al segundo del grupo B, en el que están Bélgica, Dinamarca, Rusia y Finlandia.
Nada de «biscotto» (no ganar a propósito para tener, a priori, un camino más cómodo), prometió Mancini en la rueda de prensa de la víspera, e Italia, pese a los ocho cambios aportados por el técnico para gestionar energías y dar minutos a varios suplentes ilustres, como Federico Chiesa, Federico Bernardeschi o Andrea Belotti, se apoderó del balón y mantuvo un alto nivel competitivo.
Marco Verratti, recuperado tras una lesión en el ligamento colateral de la rodilla derecha, fue líder en el centro del campo y dio ritmo a una Italia que crea, combina, divierte y disfruta de su juego ofensivo.
Un volumen de juego que acabó derrumbado al 5-3-2 galés, en el que Gareth Bale apenas tuvo opciones de recibir el balón, en el 41, cuando Matteo Pessina envió al fondo de las mallas un centro de Verratti, en una acción a balón parado.
El volante del Atalanta, que tiene al alemán Toni Kroos como ídolo, celebró su gol corriendo hacia el banquillo, dando una nueva muestra de la unión del vestuario «azzurro».
Fue el premio para una Italia que pudo desbloquear el marcador mucho antes, de no perdonar Belotti y Chiesa, titulares en sustitución de Ciro Immobile y Lorenzo Insigne, respectivamente, unas buenas oportunidades.
Fiel a su estilo, Italia siguió apretando y saboreó la doble ventaja en el 52, cuando Bernardeschi sacudió un poste con una potente falta directa desde los 23 metros.
Los «azzurri» controlaron el duelo y lo hicieron aún más después de que Ethan Ampadu viera la roja directa a la hora de partido por un duro pisotón a Bernardeschi. Hubo protestas de Gales, pero el VAR confirmó la decisión del colegiado rumano Ovidiu Hategan.
Sin embargo, contrariamente a lo ocurrido contra Turquía y Suiza, Italia no logró sentenciar definitivamente el encuentro y Gales siguió con vida, hasta construir una inmejorable oportunidad para Bale. El extremo del Real Madrid pudo empatar en el 75, pero su volea de zurda acabó alta, después de que la zaga italiana se olvidara de él en una acción a balón parado.
Fue la última oportunidad para Gales, ante una Italia que defendió su ventaja hasta el final con la posesión del balón. También hubo tiempo para el debut de Giacomo Raspadori en la delantera y de Salvatore Sirigu, que saltó al campo en el 90 por Gianluigi Donnarumma.