La montañista salvadoreña Alfa Karina Arrué llegó al campo base del Everest el pasado 1 de mayo, y ahí se concentran unas 2,000 personas, de acuerdo a la agencia EFE, pero, previo a la escalada más importante, varios escaladores que están en el campamento presentan síntomas de la COVID-19, lo que ha desatado la alerta.
Funcionarios de la Asociación de Rescate del Himalaya han afirmado que varios escaladores han mostrado síntomas de la COVID-19, entre ellos la tos característica, en el campamento situado a 5.600 metros sobre el nivel del mar.
«No estamos seguros de si se trata de la ‘tos de Khumbu’ o de síntomas de coronavirus, ya que no se realizan test en el campamento base», dijo a EFE, Lakpa Norbu Sherpa, que coordina misiones de rescate desde 2003 como encargado de la asociación nepalí en el campamento.
La conocida como «tos de Khumbu», explicó el sherpa, recibe el nombre por el valle que da paso al Everest y está causada por la combinación de la altitud y una humedad relativamente baja.
«El número de escaladores con tos ha aumentado de forma alarmante», reconoció este veterano de la montaña.
El pasado 15 de abril, un escalador noruego fue trasladado a Katmandú desde el campamento base por padecer tos y fiebre, dos de los síntomas que presenta el coronavirus.
La situación, con infecciones reales o imaginadas, ha despertado la preocupación en la comunidad de alpinismo y en las redes sociales por la posible entrada de la COVID-19 al campamento base, donde actualmente se concentran unas 2.000 personas.
EL GOBIERNO LLAMA A LA CALMA
El Gobierno de Nepal, que se encuentra sumido en una segunda ola y se ha visto obligado a imponer restricciones en la capital, y las autoridades que gestionan los permisos de escalada niegan sin embargo que haya un brote de coronavirus en el Everest.
Según el encargado de Turismo, el país del Himalaya ha emitido 408 permisos de escalada esta temporada incluyendo uno bajo la categoría «otro género» que agrupa a los transexuales, un récord en la historia del Everest desde que fue escalado por primera vez en 1953.
Mingma Sherpa, director gerente de Seven Summit Treks, la mayor agencia de escalada de Nepal, negó igualmente que se hayan producido casos de coronavirus esta semana entre las cerca de 500 personas que aloja en el campamento base, entre ellas 130 escaladores deseosos de coronar el Everest.
Normalmente, los extranjeros pagan 11.000 dólares por el permiso de escalada a la cumbre más alta del mundo y entre 40.000 y 90.000 dólares por la expedición al completo.
ACTUALIDAD DE LA MONTAÑISTA SALVADOREÑA
Alfa Karina ha informado un poco sobre cómo la pasa a través de sus redes sociales, pero sobre la tos que ha afectado a algunos de los escaladores, no ha reportado nada.
Únicamente informó sobre la temperatura al llegar al campo base. “En el campo 2, en la madrugada, estuvimos a una temperatura de -30 grados centígrados. Cuando desperté, parte de mi cabello estaba congelado y quebrado porque quedó fuera de la bolsa de dormir”, contó desde Nepal.
“Cuando subimos a los campos 2 y 3 fue bajo nevada. Mis dedos se pusieron azules, ya que, aunque mis guantes eran los adecuados, el tiempo estaba inclemente”, detalló.
Pero volver al campo base no fue fácil, ya que Arrué tuvo que cruzar nuevamente la cascada de hielo de Khumbu, lugar donde muchos contraen la tos. “Esa cascada es de mucha exigencia y miedo, pero me llené de coraje y lo hice de nuevo”, reiteró la montañista.
Por el momento, Alfa Karina, que busca convertirse en la primera persona salvadoreña en alcanzar la cima del Monte Everest, continúa con sus entrenamientos y prácticas en Khumbu, desde donde compartió las imágenes que acompañan esta nota.