El Manchester City de Pep Guardiola dio un paso de gigante para clasificarse para su primera final de la Liga de Campeones al remontar en el Parque de los Príncipes contra el París Saint-Germain de Mauricio Pochettino (1-2) en el duelo de ricos con capital del Golfo Pérsico.
El equipo francés, en el que no brillaron especialmente sus estrellas Mbappé y Neymar, fue muy superior en la primera mitad y se marchó al descanso con ventaja gracias al gol logrado por el brasileño Marquinhos.
Pero en la segunda los ingleses aprovecharon dos errores defensivos para que De Bruyne y Mahrez colocaran a los Sky Blues en posición preponderante para lograr el billete para Estambul y obligaran a los franceses a una gesta en el Ethiad la próxima semana para repetir la final del año pasado.
El resultado fue duro con los franceses, que llegaban con el viento de cola de haber eliminado al Barcelona de Messi y al Bayern de Múnich, defensor del titulo, en las dos fases anteriores.
El City, que había sufrido contra el Borussia Dortmund para alcanzar las semifinales, se llevó una renta valiosa, pese a que en la primera mitad estuvo a merced del rival, impulsado por un gran Di María.
El PSG demostró una enorme capacidad de adaptación a las circunstancias, capaz de defenderse con orden cuando el rival cobraba la iniciativa y de colocarle contra las cuerdas al menor momento debilidad.
Así desactivó a un City que no supo imponer su ritmo, enfangado en el centro del campo, el lugar donde quiso dar la batalla Pochettino a Guardiola.
CENTRO DEL CAMPO SÓLIDO
Guaye y Paredes se mostraron sólidos y apagaron la zona de creación inglesa, donde ni Rodri ni Gundogan sacaron la cabeza, ocupados a recuperar, metidos en la trinchera que cavó el PSG.
El tanto llegó al cuarto de hora a balón parado, el primero que conceden los de Guardiola esta temporada, en un gran saque de córner de Di María, que suma ya cinco asistencias en Europa, impecablemente rematada por Marquinhos, tras un desajuste defensivo del City, que logró su tercera diana.
La desventaja asentó todavía más a los locales y desorientó a los visitantes, que cedieron incluso el balón, su mejor escudo, lo que generó una permanente sensación de peligro en el área de Ederson que desconcertó aun más al equipo.
El PSG recuperaba y lanzaba con velocidad, ante una zaga en desbandada y aunque las ocasiones no fueron muy claras, se olía la sangre. En el otro área, apenas noticias de Navas, que sin embargo apareció en el momento clave, en el 43 cuando un error defensivo dejó a Foden solo en la medular, listo para fusilar al meta costarricense, que reaccionó bien ante el disparo pusilánime de la joven promesa inglesa.