¡Sangre de campeón! El salvadoreño Óscar Moreno estaba destinado para grandes hazañas, no solo en su faceta como atleta de natación, en la que ganó tres medallas de oro en los III Juegos Centroamericanos de 1977, o en su etapa como entrenador que le permitió asistir consecutivamente a seis Juegos Olímpicos, sino en el ser humano fuera del agua, al ayudar a salvar vidas en una de las épocas más grises que ha tocado a todo un planeta.
El entrenador, que en años atrás viajaba por el mundo instruyendo a grandes nadadores salvadoreños como Francisco Suriano, Pamela Benítez y Marcelo Acosta, en los Olímpicos de Barcelona 1992, Atlanta 1996, Sídney 2000, Atenas 2004, Beijing 2008 y Londres 2012, pasó a permanecer completamente aislado durante 40 días con su esposa Celina, cuando en septiembre de 2019 se contagiaron de COVID-19.
El encierro y la dura situación que vive el país le hizo reflexionar y salir de la zona de confort, así que al vencer el virus a mediados de octubre, decidió realizar su primera donación de plasma convaleciente al mes siguiente en el Hospital de El Salvador y desde entonces no ha parado, sumando, con la de hoy lunes, cuatro visitas en un tiempo récord de dos meses y medio, pudiendo ayudar así a 16 personas que batallan contra el coronavirus, entre ellos periodistas y personas de la tercera edad.
En cada donación le extraen 800 mililitros de plasma, que alcanzan para ayudar a cuatro pacientes con COVID.
“Yo dije ‘no me cuesta nada’ y si puedo ayudar a gente a salvar vidas, más que bienvenido”, manifiesta el profesor. “La primera que me motivó fue mi hija (Fabiola) cuando nos dio COVID a los dos. Ella, lastimosamente, por su peso no pudo donar, pero yo sí podía por la cantidad de defensas que tengo y entonces doné. Como me trataron bien, decidí ir una segunda vez, entonces ayudé a un colega suyo, que es (Julio César) Piedrasanta. Cuando vi en el periódico que estaban pidiendo ayuda para él y era mi tipo de sangre ORH+, decidí ir”, agrega.
A principios de este año, el periodista deportivo de Canal 12, Néstor Hernández, solicitó ayuda al encontrarse en estado delicado en el Hospital del Cifco a causa del virus y Óscar Moreno no dudó en tenderle el brazo, literalmente, al tener el mismo tipo de sangre.
“A Néstor no lo conozco, pero él es amigo de otro amigo que me dijo que le donara y le dije que sí. Estando ahí en el hospital, mi señora buscó a tres más que necesitaban mi tipo de sangre, habló con sus familiares y quedó donado el plasma para ellos”, narra Moreno.
La peor noche vieja
A Néstor le comenzaron los síntomas el pasado 28 de diciembre, con fiebre alta, dolor de cabeza y dificultad para respirar, situación que se agravó justo “a la hora de los abrazos” para recibir el 2021, así que mientras miles de familias hacían el brindis y bailaban, él batallaba por su vida en una ambulancia mientras era trasladado al Hospital de El Salvador.
Pero gracias al buen corazón del entrenador nacional, el comunicador deportivo logró salir del nosocomio 20 días después, al ser dado de alta la semana pasada, sumándose a los 47,073 casos recuperados que reporta el Gobierno.
“Gracias. A mi familia, a los que estuvieron pendientes, a los que me escribieron, a los que me llevaron en sus oraciones, a los médicos del hospital, a las enfermeras, a los de laboratorio, radiología, farmacia, personal de limpieza, nutrición, trabajo social, sanitización, los de la ambulancia, quienes coordinaron cuando me llevaron el 1 de enero a las 12:15 a.m. al hospital, a quienes donaron plasma, a todos. Dice Dios que siga dando guerra y aquí voy. Hoy recibo el alta después de 20 días y la gloria sea para él”, fue el emotivo mensaje que Néstor compartió en sus redes sociales.
Prefiere el anonimato
Como Néstor, son muchos los pacientes recuperados que le muestran o desean mostrar gratitud a Óscar Moreno, pero él no siempre se entera si su plasma les ha salvado la vida.
“A veces me da miedo preguntar, porque la vez pasada hablé y las personas se pusieron hasta a llorar dándome las gracias porque la señora a la que le ayudé era una anciana y no encontraban sangre de ese tipo; se pusieron a llorar en el teléfono y me dio miedo preguntarles cómo les fue”, confiesa el exatleta.
“En las demás donaciones he quedado anónimo porque muchas veces no sé ni quiénes son. Yo solo veo que es mi misma sangre y voy”, asegura.
Mientras tanto, Celina continúa con la búsqueda de personas que necesiten el plasma de su esposo a través de Facebook, donde hace poco le dejaron otro mensaje por ayudar a salvar la vida de Aída Carranza. “Muchas gracias por donarle plasma a mi madre. Dios lo bendiga y le multiplique ese lindo gesto de su parte. Siga así cosechando el bien”, le escribió un familiar, añadiendo que espera conocerlo.
Una vida sana
Óscar Moreno fue entrenador de la Federación Salvadoreña de Natación durante 25 años, pero decidió retirarse hace casi un década para enfocarse en un proyecto personal, formando nuevos nadadores en su club Aqua Center.
Ahora tiene 59 años, pero la edad no lo aleja de practicar siempre su deporte favorito, al sumergirse al agua durante una hora todos los días, hábito que considera le ayudado mucho para mantenerse saludable y realizar todas las donaciones de plasma que ha hecho en tiempo récord.
“Creo que el hecho de hacer deporte ayuda bastante, sobre todo la natación, que es un deporte de mucha capacidad aeróbica, aparte de ser muy saludable. Como atleta pasé 15 años practicando y como entrenador, 25. Trato de mantenerme en forma para dar el ejemplo a mis alumnos”, indica este súper entrenador con sangre de campeón.