Un reencuentro con la cancha entre amigos. Así planteó Novak Djokovic su torneo benéfico ‘Adria Tour’ para que grandes tenistas pudieran recuperar el ritmo tras el parón por la COVID-19. Pero once días después, cuatro grandes raquetas, entre ellas el propio número 1 del tenis mundial, dos esposas de tenistas y dos entrenadores han dado positivo y desatado una ola de críticas.
«Siento mucha felicidad, mucha alegría, de poder recibirlos en Belgrado». Con esas palabras, abrazos, palmadas y ninguna distancia social, dio la bienvenida Djokovic, hace dos semanas en Belgrado, a varias estrellas del circuito ATP a la primera de las cinco etapas, en cuatro países, de su «Adria Tour».
El austríaco Dominic Thiem (3), el alemán Alexander Zverev (7) y el búlgaro Grigor Dimitrov (19) posaron enlazados por la cintura con Djokovic en una rueda de prensa atestada de periodistas.
Once días después de aquella foto, el torneo ha quedado suspendido. Djokovic, Dimitrov y sus respectivos entrenadores están contagiados. Coric y el tenista serbio Victor Troicki también han dado positivo.
Pero la lista de afectados es mayor aún: las esposas de Djokovic y Troicki, esta última embarazada, están igualmente contagiadas.
El impacto de este foco de contagios ha cruzado incluso fronteras, al pasar de Serbia a Croacia y a Bulgaria.
El reencuentro también incluyó la realización de una polémica fiesta y eventos con mucho público, incluso uno en el que participaron muchos niños, denuncian los medios croatas.
En un vídeo filtrado se observan imágenes de Djokovic, Zverev, Thiem y Dimitrov en dicha fiesta sin guardar ningún el distanciamiento, mientras bailaban y saltaban juntos, y sin camiseta tras el primer torneo del disputado.
La fiesta estuvo amenizada por Fergie quien en medio del ajetreo gritó: “Un poco de fiesta no mata a nadie”.