Tienen 19 años y vive en la playa El Cocal del departamento de La Libertad, donde muchos de sus vecinos se han quedado sin percibir ingresos debido al confinamiento obligatorio decretado por el Gobierno de El Salvador ante la pandemia del COVID-19.
Esta crisis ha revelado de lo que están hechos muchos salvadoreños, que han mostrado su generosidad con los más necesitados, tal es el caso del joven porteño Yonathan Hernández, quien decidió cambiar una tabla surf que le donaría su patrocinador por víveres para sus vecinos en la playa El Cocal, y se lo agradecieron grandemente.
“Tengo un amigo que me ayuda, y él me dijo que eligiera la tabla o los víveres y yo le dije que mejor los víveres porque estamos en momentos muy duros y hay personas que los necesitan”, narró el chico, quien participa desde hace seis años en la categoría junior de los diferentes circuitos que desarrolla la Federación Salvadoreña de Surf.
“Ojalá que con la tabla me pueda ayudar más adelante”, añadió sin perder la esperanza a que todo esto pasará y pronto volverá al agua, pues la cuarentena también lo tiene distanciado de los que más le gusta.
En El Cocal, la gente vive de la pesca, la construcción o bien ayudando en hoteles, y muchos han parado de trabajar, según cuenta Yonathan, por lo cual estos insumos básicos ayudarán un poco a las familias durante un tiempo.
El joven surfista estaba ilusionado con poder competir en los Juegos Mundiales de Surf, que se realizarían en mayo y que fueron pospuestos por la pandemia, pero ahora está un poco frustrado al haber incertidumbre de qué sucederá con la competición.
“La estamos pasando muy duro porque estoy sin practicar desde como hace un mes. Estaba preparándome para el Mundial que venía en mayo. Ahorita estaba nomás una preselección, habíamos como 15 y los que tuvieran mejor desempeño iban a quedar en la selección que estaría en el Mundial. Yo iba a competir para quedar”, expresó.
Ahora, solo espera que todo pase, pues su familia tampoco la ve tan fácil. Son cinco integrantes y han podido salir adelante gracias a que su padre cuida un rancho en El Cocal y por lo menos hasta ahora para la comida tienen. “Hay que darle para adelante y siempre humildes ante todo”, invita.