Todo el peso que le tocó soportar desde su infancia, al nacer con hidrocefalia y acondroplasia, un peso mayor incluso a los discos de hierro que le toca levantar todos los días en la disciplina parapowerlifting, ahora le da una recompensa al paratleta salvadoreño Herbert Aceituno, quien logró vencer todos los obstáculos y cargas sociales hasta situarse a las puertas del Olimpo, ahí donde busca estar en agosto próximo.
El viacrucis de Aceituno ha tenido más de 14 estaciones al batallar por la vida desde que nació. Los médicos le daban solo tres días, según confiesa el pesista, debido al exceso de líquido en su cerebro y a la displasia ósea, y si lograba sobrevenir no iba a poder caminar ni ser independiente. Luego, al vencer los diagnósticos, vino la carga de los prejuicios sociales y situaciones de discriminación en todos los lugares por los que se movía, además del bullying en la escuela y la universidad.
Pero Aceituno siempre logró levantarse, perseverancia que lo premió en los pasados Juegos Parapanamericanos Lima 2019 donde se colgó un oro histórico, lo cual lo llevó a ser distinguido como el mejor atleta del continente, un galardón que recibió gracias al apoyo de los salvadoreños que creyeron y creen en él.
Herbert Aceituno muestra la medalla de oro que ganó en los Juegos Parapanamericanos Lima 2019. /Cortesía INDES
El próximo reto de este atleta, que diariamente se sacrifica al viajar desde Soyapango a San Salvador, levantándose a las 3:30 de la mañana, es llegar a los Juegos Paralímpicos Tokio 2020, meta que conseguirá si logra mantenerse entre los primeros ocho del ranking mundial de parapowerlifting.
Para ello, el paratleta, que de tres días ha madurado 33 años con un una hoja de vida envidiable, se dispone a realizar una gira para competir en tres Mundiales. Así, el próximo mes estará alistando las maletas en su residencia en Soyapango para visitar ciudades como Mánchester, Bogotá y Dubái.
“Tengo tres eventos próximamente y por eso no he parado mis entrenos desde el año pasado. En este deporte hay que tener mucha disciplina. Mis entrenos siguen igual, dos horas de pesas por la mañana y cardio por la tarde para completar la rutina”, dice Aceituno.
Parte de la rutina de entrenamiento del pesista salvadoreño. /INDES
La primera estación del salvadoreño será del 20 al 23 de febrero en Inglaterra, la segunda del 19 al 22 de marzo en Colombia y la tercera del 14 al 20 de abril en Emiratos Árabes Unidos.
“Esperamos tener un buen resultado, si Dios lo permite vamos a estar entre los primeros podios o si no estar en los mejores primeros ocho para conseguir clasificar de manera directa a Tokio 2020 y darle una alegría más al país”, indicó.
Herbert Aceituno también anhela que junto a él logren clasificar atletas de las disciplinas de paranatación y paraatletismo a los Juegos Paralímpicos Tokio 2020.
“Hay más atletas que han puesto en alto el nombre de El Salvador en años anteriores y lo siguen haciendo, espero que se sumen más representantes salvadoreños a esta justa de Tokio 2020”, manifestó.
Para Aceituno “el deporte inclusivo brinda oportunidades de desarrollo” a personas como él, que han demostrado que las discapacidades son solo mentales. “La discapacidad no la tengo yo, eso está en la mente nada más”, considera. Así se levantó siempre y siguió caminando. Tokio lo espera.
