La nacionalización de tres arietes de origen colombiano en El Salvador abre la posibilidad de que la selección nacional de fútbol renueve su ataque a las puertas de la eliminatoria para la copa del mundo Catar 2022 y frente al tradicional déficit de gol de los salvadoreños.
La Asamblea Legislativa otorgó el jueves la nacionalidad salvadoreña a los hermanos Gil Hurtado por su «sobresaliente trayectoria» en el fútbol local.
Se trata de los delanteros Mayer (16), Brayan (18) y Cristian (23), hijos del delantero Cristian Gil Mosquera, futbolista retirado que militó en al menos 10 equipos del fútbol salvadoreño.
El desempeño del Brayan, referente del ataque del club Futbolistas Asociados Santanecos (FAS), abrió la brecha para que se diera la nacionalización.
Este jugador venía de ser campeón goleador en la temporada pasada en la segunda división salvadoreña y en su debut profesional se hizo del subliderato del goleo individual con 16 tantos, tres menos que el veterano panameño Nicolás Muñoz.
El segundo de los hermanos Gil Hurtado es la sensación del fútbol salvadoreño con sus goles y entró en el radar de la afición local y del mismo entrenador de la selección mayor, el mexicano Carlos de los Cobos, a finales de octubre con un triplete.
Brayan repitió la dosis en noviembre y su desempeño abonó al buen momento que vivió el FAS en la segunda vuelta del Apertura 2019 y que le permitió meterse directamente en las semifinales.
Pero el flirteo de este jugador con la «Selecta» no solo es de palabra, dado que rechazó recientemente, según la prensa deportiva salvadoreña, incorporarse a los entrenamientos de una selección juvenil de Colombia.
Para el estratega de la selección nacional, Brayan es «un chico interesante y tiene casta de goleador», por lo que «mucho futuro y cualidades especiales».
PÓLVORA MOJADA
La petición de la afición de incorporar a Brayan al trabajo de la selección nacional, que recientemente se clasificó a la Copa de Oro 2021, se debe en parte a la falta de gol de los locales.
La tabla de goleo del Apertura 2019 es una radiografía de la situación de los delanteros salvadoreños.Atrás de Muñoz y Brayan Gil se ubicaron, al cierre de la etapa regular del Apertura, el panameño Armando Polo, con 15 goles, el hondureño Clayvin Zúñiga, con 14, el paraguayo Diego Areco, con 13, y el colombiano Raúl Peñaranda, con 10 tantos. El salvadoreño que más goles marcó es Roberto González con seis goles.
RELEVO GENERACIONAL
Actualmente el buque insignia del ataque salvadoreño es Rodolfo Zelaya, figura amada por sus goles y repudiada por su relación con el amaño de partidos de la «Selecta», por lo que fue suspendido temporalmente de toda actividad oficial relacionada con el fútbol.
Tras varios años fuera de las convocatorias, Zelaya regresó a la selección para marcar ante Montserrat y Santa Lucía en la Liga de Naciones de la Concacaf para colocarse como el segundo mayor goleador de la historia del combinado salvadoreño con 31 años.
El ariete entra así a la etapa final de su carrera sin que se vislumbre un sustituto.
Los hermanos Gil tienen la opción de llenar este hueco, principalmente los dos menores.
PASOS PREVIOS
El hecho de que los Gil Hurtano no hayan disputado ningún juego con ninguna selección de su país de origen significa un escollo menos en su camino a la selección.
Según el periódico El Gráfico, el padre de los jugadores manifestó, tras la aprobación de su nacionalización, que los tres viven en El Salvador desde hace 15 años.
La FIFA exige, para cambiar de federación a un jugador, que viva al menos cinco años consecutivos en el país que desea representar.
HISTORIA DE NACIONALIZACIONES
La nacionalización de extranjeros es una herramienta que El Salvador utilizó en el pasado para reforzar a su selección y los ejemplos más llamativos se dieron en la eliminatoria para el mundial de Francia de 1998.
La selección que disputó la hexagonal final para la competición tenía entre sus filas al delantero brasileño Nidelson Silva de Mello, conocido como «Nenei», y al defensa serbio Vladan Vicevic.
También defendieron los intereses «cuscatlecos», según la prensa especializada, los argentinos Albert Fay (1977) y Emiliano Pedrozo (2006), el brasileño Israel Castro Franco (1998), William Reyes (2010), entre otros.