El Salvador
lunes 25 de noviembre de 2024

Brayan Gil y sus hermanos ya son salvadoreños por naturalización

por Astrid Mejía


El siguiente paso es que la Fesfut tramite la solicitud ante la FIFA para que el juvenil pueda jugar con la Selecta.

Con un total de 50 votos, los diputados de la Asamblea aprobaron el dictamen 63 para que se le conceda al futbolista Brayan Gil Hurtado, de nacionalidad colombiana, la calidad de salvadoreño por naturalización, así como a sus dos hermanos Christian y Mayer Gil Hurtado.

La nacionalización fue posible luego de la iniciativa de ley presentara por el diputado Josué Godoy a finales de octubre pasado, para iniciar el proceso de naturalización del jugador de C.D. FAS, quien recientemente había anotado un póker de goles (4-1) en la jornada 16 del torneo Apertura 2019 contra el Vencedor.

“Agradezco a los grupos parlamentarios por apoyar el otorgar la ciudadanía a estos jóvenes, quienes han crecido en las canchas de El Salvador; hago un llamado a la Federación Salvadoreña de Fútbol porque esperamos ver a estos jóvenes en la selección nacional”, manifestó el diputado Josué Godoy.

“Felicito a los hermanos Gil Hurtado por su gran trayectoria en el fútbol salvadoreño, sus aportes son grandes y sabemos que continuarán demostrando sus habilidades futbolísticas en la cancha. Esperamos que sean incorporados a la selección nacional”, coincidió el diputado Edwin Grijalva.

Con solo 18 años, Bryan Gil se ha ganado el corazón de la afición fasista no solo al convertir 16 goles en su primer torneo con el equipo tigrillo, sino por tu talento, regate, velocidad y frialdad a la hora de definir.

El delantero colombiano, formado en la Fundación Educando a un Salvadoreño (FESA), fue el segundo máximo goleador en el Apertura 2019 y además se convirtió en el jugador más joven en anotar cuatro goles en la Primera División de Fútbol de El Salvador.

Según el Reglamento de Aplicación de los Estatutos de FIFA, en relación con la adopción de una nueva nacionalidad, el jugador debe haber vivido al menos cinco años ininterrumpidos después de cumplir los 18 años en el territorio de la nueva Federación que lo adopte.