El Salvador
domingo 12 de enero de 2025

Madeira ensalza la leyenda de su hijo Cristiano Ronaldo

por Redacción


El genial atacante del Real Madrid inauguró a finales de diciembre, en presencia de toda su familia, incluida su madre Dolores Aveiro, este homenaje de Madeira a su estrella, en forma de estatua de bronce de 800 kilogramos y 3,40 metros de alto.

La estatua de Cristiano Ronaldo luce, imponente, entre palmeras frente al mar, como símbolo de la gloria del admirado hijo de la isla que partió a conquistar el planeta fútbol: para los hinchas es ya un lugar de culto a su paso por Funchal, la capital de la isla portuguesa de Madeira.

El genial atacante del Real Madrid inauguró a finales de diciembre, en presencia de toda su familia, incluida su madre Dolores Aveiro, este homenaje de Madeira a su estrella, en forma de estatua de bronce de 800 kilogramos y 3,40 metros de alto. Para muchos polémica por un bulto demasiado grande en su pantalón, lo que provocó infinidad de bromas en las redes sociales.

«Ronaldo no estaría ahí sin su mamá», cuenta Francisco Afonso, el primer entrenador que tuvo Cristiano en el pequeño club local Andorinha. «Ella se reunió con él en Lisboa cuando quería dejarlo todo y volver a Madeira», después de haber sido captado, cuando tenía once años, por el Sporting de Lisboa.

Hoy es él el que apoya y mantiene a su familia. Una parte de ella se quedó en su isla natal y desde allí ayuda a mantener e impulsar la leyenda del futbolista.

Su hermano, Hugo Aveiro, está al frente de un museo dedicado a CR7, en un edificio que domina el puerto de Funchal.

En el interior, los aficionados pueden disfrutar de los dos Balones de Oro (2008 y 2013) ganados por Cristiano, que el lunes aspira a otro más en la gala de Zúrich, donde el argentino Lionel Messi y el alemán Manuel Neuer son los otros dos finalistas.

«Ronaldo, es el número uno, sabe jugar con el balón y contruir juego como nadie», afirma Víctor Meléndez, un español de 29 años.

Detrás de las vitrinas, unos 160 trofeos repasan la impresionante carrera del jugador, desde sus inicios en el Andorinha, su paso por el Nacional de Madeira y su marcha a temprana edad al Sporting. Después, a los 18 años, inició su aventura internacional rumbo al Manchester United, antes de ser comprado a los 24 años por el Real Madrid por 94 millones de euros.

A por un tercer Balón de Oro

Para su primer entrenador, que tiene hoy 75 años, Cristiano Ronaldo «sigue teniendo la capacidad de leer el juego y, sobre todo, se entrenaba más que el resto».

En medio de las recompensas expuestas en el museo, un visitante de 45 años, venido desde el centro de Portugal, Joao Nascimento, se fotografió con una imagen de cera de su ídolo. «Este año va a ganar el tercer Balón de Oro», pronostica.

«Si no lo gana, ¡no hay justicia en el fútbol!», afirma vehemente Nuno Viveiros, un primo del jugador de 32 años, empleado del museo.

Abierta hace un año, la galería de 400 metros cuadrados, financiada por Cristiano, ha atraído ya a 100.000 visitantes, todos dispuestos a pagar los 5 euros de la entrada.

Además de sus premios individuales -además de los Balones de Oro, la Bota de Oro o el premio a máximo goleador de la Liga de Campeones-, este templo a mayor gloria del jugador portugués más alabado desde Eusebio reúne también cartas de aficionados o camisetas dedicadas, entre otros tesoros.

Orígenes modestos

Estrella del Real Madrid, Cristiano es también el héroe de todo un pueblo, con 52 goles marcados en 118 partidos para la Seleçcao portuguesa. Pese a ser una superestrella mundialmente conocida, las personas de su entorno subrayan que «nunca ha olvidado sus orígenes», en palabras de su propia madre.

Creció en el barrio popular de Santo Antonio, en las alturas de Funchal, pero ya no queda nada de la casa de su infancia.

Después de la muerte en 2005 del padre del futbolista, José Dinis Aveiro, la vivienda social fue derruida por el ayuntamiento y reemplazada por un pequeño aparcamiento con vistas sobre el mar.

En ese barrio, siendo niño, Cristiano pasaba horas jugando al fútbol con sus primos y sus amigos.

Algunos vecinos, eso sí, no tienen el mejor de los recuerdos.

«Desde que es una estrella, Ronaldo nos ha olvidado», lamenta Filipe, de una veintena de años y originario de ese mismo barrio.

Pero para Francisco Afonso, su primer entrenador, Cristiano Ronaldo «seguirá siendo durante mucho tiempo el mejor representante de Madeira en el mundo».

Foto AFP.

Foto AFP.