El Salvador
lunes 25 de noviembre de 2024

Los ‘buitres’ del fútbol en apuros

por Redacción


Alrededor de este deporte que genera miles de millones de dólares al año se mueven agentes y grupos empresariales no registrados que se concentran sobre todo en América Latina, cuna de grandes estrellas y de grandes privaciones.

Un niño habilidoso sueña ser como Lionel Messi, un futbolista en ascenso ansía que lo fiche un poderoso equipo europeo, un club en problemas hipoteca a sus jóvenes figuras: ese es el amplio y redituable universo donde clavan sus garras los ‘buitres’ del fútbol.

Alrededor de este deporte que genera miles de millones de dólares al año se mueven agentes y grupos empresariales no registrados que se concentran sobre todo en América Latina, cuna de grandes estrellas y de grandes privaciones.

La FIFA decidió ponerle el cascabel al gato: su presidente, Joseph Blatter, anunció que el organismo ha tomado «la decisión firme» de prohibir la propiedad de los derechos de los jugadores a terceras partes, tras insistentes reclamos de Michel Platini, el titular de la UEFA, quien alertó que esa intermediación constituye «un grave peligro» para el fútbol.

Las cifras globales son enormes: sólo en 2013 se concretaron 11.938 traspasos internacionales que generaron 3.700 millones de dólares, según datos divulgados por la FIFA.

«El anuncio de la FIFA busca erradicar a los buitres del fútbol», resumió el experto paraguayo Alberto Candia a la AFP al elogiar la determinación, que no será de aplicación inmediata.

Fábricas de talentos

Brasil, con 5.526 transferencias de jugadores, y Argentina con 2.632, son los países con mayor número de operaciones a nivel mundial entre 2011 y julio de 2014.

No es casualidad: ambos países son canteras permanentes de futbolistas, pero con clubes apremiados por deudas y desmanejos económicos.

En Brasil, cuya liga es la sexta del mundo tras las cinco grandes europeas, casi el 90% de los jugadores de primera división tienen sus derechos divididos entre varios propietarios, de acuerdo un informe de la consultora KPMG.

Pese a que «nunca hubo tanto dinero en el fútbol brasileño como ahora, los clubes están muy endeudados. Este año hay varios equipos de la serie A que están hasta el pescuezo. Es esa mala situación económica la que hace que los clubes necesiten de los inversores para contratar», señaló a la AFP en Sao Paulo Eduardo Carlezzo, abogado especializado en Derecho Deportivo.

Según Carlezzo, «en un primer momento el impacto (de la medida de la FIFA) va a ser bastante fuerte y negativo en los clubes brasileños», aunque «en el medio y largo plazo, va a ser positivo recuperar el 100% de los derechos de los jugadores».

En Argentina, el otro gran mercado sudamericano, la medida «va a limitar a los clubes que puedan adquirir un jugador con la inversión de grupos que de otra forma le harían un aporte, siempre y cuando los papeles estén bien hechos», dijo a la AFP Roberto Tesone, representante de jugadores inscripto en FIFA y exdirigente del club Argentinos Juniors.

Este club es uno de los ejemplos de los descalabros financieros en instituciones deportivas. Debería ser uno de los más ricos del mundo si se mide por el nivel de los futbolistas que surgieron de su cantera como Diego Maradona, Fernando Redondo, Juan Román Riquelme o Esteban Cambiasso, pero sigue siendo modesto y hoy milita en la segunda división.

En un río revuelto, la justicia argentina investiga una presunta evasión de impuestos en los traspasos de 444 futbolistas, incluso de estrellas como los subcampeones mundiales Sergio ‘Kun’ Agüero (hoy en Manchester City) y Javier Mascherano (FC Barcelona).

En cambio el presidente del club Envigado de Colombia, Ramiro Ruiz, sostuvo a la AFP, en un raro ejemplo en la región, que «cuando iniciamos relaciones con un jugador establecemos convenios directamente con las escuelas, los padres de familia y el club», a menos que sean agentes registrados en la FIFA.

Consagrados y promesas

El extendido menú de esos intermediarios abarca desde millonarias operaciones con consagrados o jugadores sin relieve para colocarlos en mercados emergentes, hasta los que recorren pueblos en busca de niños habilidosos con el sueño de que alguna vez sean como Messi o Neymar.

«Los jugadores ya no responden a sus clubes sino a ‘neopatrones’ a quienes deben obedecer, varios de ellos al frente de los clubes deportivos que manejan como su hacienda particular», dijo Candia, dirigente de fútbol y de transferencias internacionales de jugadores.

Muchos de esos empresarios someten al jugador «a un verdadero régimen de esclavitud, porque aseguran que por tener el derecho sobre el futbolista pueden decidir sobre su futuro», coincidió Carlos Soto, presidente del Sindicato de Futbolistas Profesionales de Chile, a la AFP.

Los jugadores, a los que les prometen dinero como nunca han ganado y les aseguran la gloria, muchas veces quedan atrapados en una madeja de imposiciones de agentes que los ponen y sacan de clubes como mercancía, y en ocasiones son víctimas de abandono en lejanos países.

El futbolista debe tener «la libertad de negociar, de hablar directamente con los directivos o con un club. Me parece bien (la decisión de la FIFA) siempre y cuando el jugador tenga derecho a él mismo», dijo a la AFP Jackson Ibargüen, exjugador de la selección colombiana Sub-20 en 2004 y víctima de la trata de personas.

Ibargüen, hoy de 29 años, sabe de lo que habla: fue llevado por un empresario a jugar en Bosnia entre 2008 y 2013, período en los que pese a no recibir pago por su trabajo fue bloqueado para poder jugar con otros clubes.

O el caso del jugador paraguayo Diego Mendieta que murió de tifus, solo y abandonado en Indonesia, en diciembre de 2012. El club Persis Solo le debía cuatro meses de sueldo (9.560 euros) y se vio obligado a dormir en sitios insalubres e ingerir alimentos en malas condiciones.