Quedan ocho selecciones que luchan por erigirse como reyes absolutos del fútbol mundial, cada una con su propio estilo de juego, con sus figuras que, como Messi, James Rodríguez o Arjen Robben, ponen de cabeza a la afición con sus genialidades.
Pero la Copa no se trata solo del talento de los jugadores. En la tribuna, frente a un televisor o una computadora, los aficionados, con sus cábalas, sufrimientos e ilusiones, son la chispa que atiza el fuego del deporte más popular del país. Mientras sus ídolos hacen historia en el terreno de juego, sus seguidores quieren lucir su misma indumentaria y sentirse como uno de ellos.
En esta danza de colores, estilos y diseños, El Salvador vive su propia locura mundialista. Las calles del centro de la capital y Santa Tecla, en las horas pico, son un llamativo ir y venir donde imperan el amarillo de Brasil, el rojo de Costa Rica o el albiceleste argentino.
El comercio también vive su propia fiesta al ver mejorar sus ingresos, principalmente los días de pago, donde los seguidores del balompié aprovechan su paso fugaz por el centro y adquirir la camisa del equipo de sus amores.
Camisetas mundialistas: un desfile de colores y precios
En la tienda de ropa deportiva Sportline del centro comercial Multiplaza, las camisetas oficiales de equipos de la marca Nike tienen un costo de entre $79 y $109, pero solo se encuentran disponibles las de Brasil, Corea del Sur e Inglaterra. Las de la marca Adidas (que viste a equipos como España y Colombia) pueden alcanzar un valor de hasta $184.
Estos precios pueden parecer exorbitantes para buena parte de los salvadoreños, por eso la venta masiva de camisetas deportivas se da en lugares como el parque “Hula hula”, en el centro de la capital.
Ahí se concentra buena parte del mercado de las camisetas mundialistas con una escala de precios que van desde los $7 hasta los $25. En casi todos los establecimientos (la mayoría improvisados y formados por una sombrilla de playa de la que cuelgan las prendas mundialistas, una mesa y una silla) se venden réplicas o “chaveleadas”, como popularmente se les conoce.
Venta de camisetas en el parque Hula Hula. Las de Argentina y Brasil son las más buscadas por la afición. Foto D1, Nelson Dueñas.
“Esta de Brasil le cuesta 8, pero esta otra que está acá vale 12 dólares. Aunque son casi iguales la de 12 tiene una mejor tela. La que está allá no tiene escudo ni el logo de la marca, pero por otros $8 se lo mandamos a hacer”, dice un vendedor de rostro tostado por el sol.
La variación de los precios dependen no solo de la calidad de la tela, (las de mujeres y niños cuestan entre $6 y $8) sino también de si incluye pantaloneta ($12) o si la camisa es manga larga, tal como vimos las de Italia y Holanda.
“Esta que está aquí es la segunda de Alemania, pero es de la marca original. Ya de estas no consigue usted en otro lado. Por ser la verdadera se la dejo en 25″, dice un vendedor de pelo largo, con algunas gotas de sudor en la frente.
En el arte del regateo, para los vendedores todo es válido, incluso deslizar una pequeña mentira, porque revisando la tela de la supuesta camisa alemana, resulta dudoso que sea original.
Lo cierto es que durante el máximo torneo futbolístico las ventas se disparan, principalmente cuando los salvadoreños reciben su salario. Olman Rivas, uno de los vendedores, afirma que la media de venta por día llega a 18 camisetas, pero que en ocasiones no alcanza ni diez.
“Los días 15 y 30 son distintos. Las personas vienen con más pisto a buscar su camiseta, o la de sus niños, novia o esposa. Aquí tenemos para todos ellos, entonces esos días que pagan podemos llegar a obtener hasta 200 dólares de ganancia” manifestó Rivas, con evidente alegría. El día que se hizo el recorrido fue el viernes 27 de junio, fecha de pago para muchos trabajadores.
A Félix López, otro comerciante en uno de los puestos más grandes ubicados en las afueras del estadio Cuscatlán, le va mucho mejor. Con una oferta mayor (camisas de una amplia gama de equipos, además de cornetas, pulseras, gorras y bufandas) asegura que en los días de pago sus ganancias pueden llegar a $700.
En las afueras del estadio Cuscatlán, también se venden banderas y bufandas están a disposición de los fanáticos. Foto D1, Nelson Dueñas.
Para muchas familias salvadoreñas, el disfrute del Mundial se relaciona con la posibilidad de mejorar sus ingresos, algo muy distinto a los aficionados que tienen su cabeza puesta en el desarrollo de los juegos.
La gran mayoría de vendedores son del sector informal, que ocupa al 66% de la Población Económicamente Activa del país, según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) del año pasado.
El ranking de las cinco camisetas más vendidas
Conforme avanza la copa, se reducen los competidores. Se han visto sorpresas positivas, como el sorprendente caso de Costa Rica, y negativas, como las decepcionantes eliminaciones de España, Italia y Portugal en la primera fase. Esta situación se traslada al terreno de la oferta y la demanda de las camisetas.
La afición salvadoreña ha tenido una simpatía histórica por Brasil, la cual vino a competir en el último tiempo con la selección ibérica, que antes de comenzar el mundial era una de las principales favoritas y cuya camisa era también de las más buscadas por los clientes.
“Siempre llegan a comprarlas, pero no como al principio del mundial, y las estamos dando más baratas”, expresó Olman Rivas, vendedor del parque Hula hula, quien hacía alusión a las camisetas de España, Italia o Inglaterra, ubicadas en un espacio poco visible de su venta, opacadas por la de Brasil.
Según Rivas y otros vendedores del centro, las cinco que más buscan los clientes son las del anfitrión Brasil, Alemania, Argentina, Colombia y Holanda, en ese orden. Tal como sucedió en el Mundial, italianos, españoles o ingleses también sufrieron la eliminación en el gusto de los aficionados al fútbol.
Otros diseños menos populares, como las de Camerún, Croacia u Honduras, también se pueden conseguir. Pese a que ninguna de estas selecciones superó la fase de grupos, el cariño hacia cameruneses y europeos viene por su actuación en pasados mundiales y, en el caso de Honduras, por ser nación centroamericana.
En algunas tiendas, al lado de esas cinco más vendidas, se ve una que otra camisa de la selección salvadoreña. Pese a que las ilusiones mundialistas para Brasil se desterraron hace dos años, el sentimiento de los fanáticos del fútbol por los colores patrios siempre sigue latente.
Gorras y sombreros, con los escudos de las selecciones mundialistas, también son vendidos en la capital. Foto D1, Nelson Dueñas.