El Salvador
domingo 12 de enero de 2025

España despide a la leyenda blanca Alfredo Di Stéfano

por Redacción


De carácter ganador en el campo pero al mismo tiempo entrañable en las distancias cortas, los que lo conocieron recordaban su carácter afable.

España despedía este martes a la leyenda del Real Madrid, Alfredo Di Stéfano, rindiendo homenaje a uno de los mejores futbolistas de la historia que inspiró a millones de seguidores durante el aislamiento de la dictadura franquista.

Sobre el final de la jornada, el nuevo rey Felipe VI llegó a la capilla ardiente dentro del estadio Santiago Bernabéu del Real Madrid para homenajear la «figura irremplazable, única en el mundo» que era Alfredo Di Stéfano.

«Hoy, (lo) lloramos todos», era «una persona extraordinaria», dijo. «Hizo del fútbol un arte», añadió ante la prensa el rey, tras dar sus condolencias a la familia del difunto, saludar a los dirigentes merengues, entre ellos el presidente del club Florentino Pérez, y firmar el libro de condolencias.

El rey también pasó por la fila de hinchas que aguardaban dar el último adiós a Di Stéfano alrededor del estadio, estrechándoles la mano a admiradores de la ‘Saeta Rubia’ de todas las generaciones.

A lo largo de la jornada centenares de personas esperaban su turno para visitar la capilla ardiente instalada en el santuario blanco tras el fallecimiento del lunes de Di Stéfano, dos días después de sufrir un paro cardiorrespiratorio, a los 88 años en Madrid.

El féretro se cubrió con una bandera blanca del Real Madrid, el mejor color que representaba a Di Stéfano, aunque muchas personalidades eligieron el luto para darle el último adiós.

Por allí pasaron muchas personalidades de la vida política y deportiva de España, como los jugadores madridistas Iker Casillas o Sergio Ramos, que dedicaron palabras de elogio para el hispano-argentino. «Decir Di Stéfano es decir Real Madrid», resumió el portero.

«En el cabezazo de la Décima (Copa de Europa) iba parte del espíritu de Di Stéfano», acotó Ramos, héreo goleador de la final de la última Champions ante Atlético de Madrid.

«Como él no ha habido ninguno, por eso he venido a darle las gracias. Que Dios le dé tanta gloria como nos ha dado él a nosotros», afirmaba Alfredo Arribas, un jubilado de 88 años.

Los admiradores de la ‘Saeta Rubia’ se inclinaban y santiguaban al pasar por delante del féretro.

Alrededor se alineaban grandes coronas de flores blancas y los numerosos trofeos que el legendario delantero hispano-argentino contribuyó a levantar entre los 1950 y 1960 durante el ciclo más exitoso de la historia del club. «Decir Di Stéfano es decir Real Madrid», resumió el portero.

Aunque quedan pocos que disfrutaran en vivo de su juego, la velocidad impresionante de Di Stéfano, sus gestos elegantes y su voracidad goleadora permanecen en el imaginario colectivo español.

«Por desgracia no lo he visto jugar, pero por lo que me han contado, era el futbolista total», reconocía Raul Llanos, un agente de seguridad de 34 años.

«Me siento jodido. Era el más grande», decía Javier López, de 28 años, con la camiseta blanca y el escudo del club tatuado en el brazo.

«Si no hubiera sido por este hombre, el Real Madrid no sería nada», añadía.

Su leyenda sobrevivirá eternamente

Antes de la llegada del argentino en 1953, el palmarés del que ahora es el club más laureado de España se limitaba a dos ligas y nueve copas.

Di Stéfano, cortejado por el español Francisco Gento, el francés Raymond Kopa y el húngaro Ferenc Puskas, protagonizó en los años 1950 y 1960 el periodo más glorioso del club con cinco Copas de Europa consecutivas, ocho ligas, una Copa Intercontinental y una Copa de España.

«Alfredo Di Stéfano ayudó a transformar el Real Madrid y lo convirtió en la institución deportiva más grande del mundo», afirmaba el lunes el presidente de la entidad y amigo del exfutbolista, Florentino Pérez.

«Nos ha dejado aunque su leyenda sobrevivirá eternamente», añadió Pérez, emocionado.

Presidente honorífico de la entidad desde el año 2000, Di Stéfano se había convertido en símbolo pasado y presente del Madrid, encargado de recibir a los fichajes galácticos de los últimos años como el francés Zinedine Zidane, el inglés David Beckham, el brasileño Ronaldo o el portugués Cristiano Ronaldo.

De carácter ganador en el campo pero al mismo tiempo entrañable en las distancias cortas, los que lo conocieron recordaban su carácter afable.

«Tuve ocasión de conocerle a él como a otros muchos jugadores y era una persona de lo más amable, agradable en su charla, llena de dichos», explicaba en la capilla ardiente el doctor Domingo, de 72 años.

José Luis Saura, un contable jubilado de 86 años que trabajaba para el club, lo corrobora: «Era un hombre amable con todo el mundo, con la prensa, con los empleados».

Los medios tampoco reparaban en elogios a una de las primeras grandes figuras del fútbol español: «genio», «leyenda», eran de las palabras más utilizadas para referirse a un jugador que llenó de orgullo a la gris y aislada sociedad española de la dictadura franquista.

«En la España pobre, aislada, envejecida y volcada en sí misma de la segunda mitad de los años cincuenta hubo algo a que agarrarse: el Real Madrid, la Copa de Europa, esos remotos partidos en Belgrado, en Viena, en Milán, en Bruselas, en Glasgow…», recordaba el director del diario deportivo As, Alfredo Relaño.

«La vieja, firme y prestigiosa Europa, sólo se inclinaba ante nosotros si andaba por en medio el Real Madrid. Y Di Stéfano».

Foto D1: AFP

Foto D1: AFP