Brasil viaja una vez más al pasado para construir su futuro con la presentación este martes de Dunga como el nuevo seleccionador de Brasil, quien toma el relevo de Luiz Felipe Scolari luego de su decepcionante presentación en el Mundial-2014.
La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) prefirió confiar en Dunga, de 50 años, para que inicie su segunda etapa como entrenador de la pentacampeona mundial, antes que apostar por Tite, el extécnico del Corinthians, triunfador en el Mundial de clubes de 2012, como apuntaban los primeros rumores.
La anterior etapa de Carlos ‘Dunga’ Bledorn Verri al frente de la selección del (2006-2010) estuvo envuelta en la polémica por el juego defensivo, poco vistoso de Brasil y criticado por la prensa, pero que trajo títulos: la Copa América de 2007 y la Copa Confederaciones de 2009.
La decisión de la CBF de recurrir a un viejo conocido ha sido, sin embargo, una sorpresa, ya que Brasil trata de iniciar un proceso de reestructuración de su fútbol nacional, seriamente golpeado por la humillante derrota ante Alemania (7-1) en la semifinal de ‘su’ Copa del Mundo.
No obstante, la ‘canarinha’ tiene una historia reciente plagada de segundas partes: Carlos Alberto Parreira ganó la Copa en 1994, después tuvo un pasaje menos exitoso en 2006, pero repitió como coordinador técnico con Scolari.
El propio Felipao fue el salvavidas al que se agarró la CBF tras destituir al criticado Mano Menezes en 2012. Scolari llegaba entonces avalado por su trabajo en el Mundial de 2002, donde tomó a una selección en crisis y acabó levantando el último título mundial hasta el momento de Brasil.
Dunga es amigo íntimo de Gilmar Rinaldi, al que la CBF nombró el jueves como nuevo coordinador técnico de selecciones.
Vuelve ‘Terminator’
El nuevo seleccionador difícilmente encaja en el estereotipo de futbolista estrella brasileño, ya que su pasado como aguerrido centrocampista no le generó la admiración mundial de otros astros virtuosos del balón como Romario, Ronaldo o Ronaldinho.
Su carácter y su trabajo -que le valieron el apodo de ‘Terminator’ por su juego duro y corte de cabello similar al del robot interpretado por Arnold Schwarzenegger en aquella película- fueron decisivos, no obstante, como pilares del equipo campeón de 1994.
La importancia que tuvo en su generación la atestiguan sus 91 convocatorias con la ‘canarinha’, desde que realizó su debut en 1987.
Dos años más tarde, Dunga ya era una figura consolidada tras lograr la Copa América-1989, aunque su estilo duro y polémico indignó a muchos ‘torcedores’, que le señalaron como uno de los culpables del mal Mundial que hizo Brasil en 1990, que terminó con la derrota en octavos de final frente a su archirrival Argentina.
Pero en 1994, Parreira reconoció la capacidad de liderazgo de este aguerrido futbolista gaucho y le hizo capitán.
Dunga respondió y mantuvo los nervios templados para lanzar el último penal contra Italia en la final y levantar el trofeo que acabó con 24 años de sequía mundial para Brasil, que tenía que remontarse a la época de Pelé para recordar su última Copa.
En 1998, Dunga repitió como capitán, pese a estar jugando por entonces en el Jubilo Iwata de Japón, pero no pudo evitar la caída del equipo en la final ante Francia (3-0). Fue su último partido con la casaca ‘amarelinha’.
Dunga abandonó también su club de Japón para terminar su carrera en el Internacional de Porto Alegre donde debutó.
La decepción de Sudáfrica
Con las botas recién colgadas, la CBF ya le sondeó para sustituir a Vanderlei Luxemburgo (1998-2000) como seleccionador, pero no llegaron a un acuerdo.
Finalmente, aceptó la llamada de urgencia de la selección en 2006 tras la salida de Parreira, pese a no tener experiencia como entrenador.
Un cierto éxito llegó con las victorias en la Copa América-2007 y en la Confederaciones-2009, donde Brasil revirtió dos goles en contra para vencer finalmente a Estados Unidos en la final.
En 2010, Dunga decidió no convocar a un adolescente prodigio llamado Neymar para la Copa del Mundo de Sudáfrica, en una decisión que fue criticada por muchos, incluido Pelé.
Cuestionado por el fútbol tosco de la selección, que aparcó el fútbol creativo, Dunga se escudó una vez más en los resultados: Brasil se clasificó primera de las eliminatorias sudamericanas para Sudáfrica-2010.
Pero fue un error del arquero Julio César lo que hizo que la ‘canarinha’ cayera en los cuartos de final contra Holanda. El partido acabó con su renuncia, tras 60 partidos como seleccionador (42 victorias, 6 derrotas y 12 empates).
Al final de 2012, Dunga asumió como entrenador del Internacional, pero fue despedido ocho meses después.