El ex piloto alemán de Fórmula 1 Michael Schumacher «ya no está en estado de coma» y dejó el hospital de la ciudad de Grenoble, (este de Francia), donde llevaba casi seis meses tras un grave accidente de esquí, para ingresar en un centro médico de la ciudad suiza de Lausana.
«Michael abandonó el Hospital Universitario de Grenoble para seguir con la larga fase de rehabilitación. Ya no está en coma», anunció el lunes en un escueto comunicado Sabine Kehm, portavoz de la familia, sin dar más detalles sobre el estado de salud del piloto de 45 años.
El piloto llegó el lunes por la mañana al Hospital Universitario de Vaud, en Lausana, según un portavoz de este establecimiento. «Su familia está con él en un lugar preparado especialmente para preservar su intimidad y asegurar los mejores cuidados posibles», dijo.
La familia quiso agradecer «expresamente a los médicos a las enfermeras y a la administración del hospital de Grenoble así como a los primeros auxilios que le atendieron en el lugar del accidente». Trataron su caso tres de los mejores neurólogos de Francia.
El accidente de Schumacher, el 29 de diciembre, atrajo una enorme atención mediática al Hospital de Grenoble, pero su abandono se ha mantenido en secreto y no está prevista una conferencia de prensa. «Pedimos que se respete el hecho de que esta larga fase de rehabilitación tendrá lugar en privado», precisó el entorno del heptacampeón del mundo.
Schumacher deberá aprender a hablar, comer e ir al baño por sí mismo luego del coma
Según especialistas al deportista le esperan seis meses en los cuales deberá a aprender todo de nuevo. Desde hablar hasta sostener una cuchara. Además, según médicos, su personalidad podría cambiar.
Schumacher contará con médicos, fisioterapeutas, terapistas del lenguaje y psicólogos. La recuperación física incluirá dar sus primeros pasos y fortalecer los músculos de piernas, brazos y tórax, que no han estado en actividad desde hace seis meses.
También las terapias cognitivas serán fundamentales para su recuperación. El cerebro de Schumacher empezará a trabajar después de seis meses de actividad mínima. El habla y la memoria, que se activa para realizar las tareas más elementales, deberán recuperarse.
«Es un éxito que llegue a comunicarse, que entienda y se defienda de alguna forma, que pueda alimentarse sin ayuda o tenga independencia para ir al baño». Declaró a un rotativo internacional el doctor Pablo González-López, neurocirujano español.
Otro punto que deberá ser prioridad de los especialistas será la salud mental del deportista «La personalidad cambia bien sea por el daño neurológico o por la reacción a lo que pasó. Es posible que entre en un estado depresivo en el que no quiera hacer nada» declaró el doctor González.
Una primera fase de evaluación física y mental puede durar hasta 18 meses para el campeón de Fórmula 1.
Información a cuentagotas
El 30 de enero los médicos comenzaron a despertar a Schumacher del coma que le habían inducido tras el accidente, una fase muy lenta en la que se le redujeron progresivamente los sedantes.
Desde entonces comenzó a tener «momentos de consciencia», según su entorno que no ha mencionado nada sobre posibles secuelas y que ha estado dando la información a cuentagotas solo contestando a los recurrentes rumores.
«Michael está progresando (…). Estamos a su lado durante este largo y difícil combate con el equipo del Hospital de Grenoble, y somos positivos», había indicado Sabine Jehm el 4 de abril.
«Confiamos en que Michael saldrá de esta y se despertará. De vez en cuando hay señales esperanzadoras. Pero sabemos que tenemos que ser pacientes», había dicho ya el entorno del campeón el 12 de marzo.
El 29 de diciembre de 2013, Schumacher se golpeó la cabeza contra una roca cuando esquiaba en una estación de los Alpes franceses con su hijo y unos amigos. El 17 de febrero la justicia archivó la investigación del accidente excluyendo cualquier responsabilidad ajena aunque la familia conserva el derecho a presentar una demanda por lo civil.
La familia se niega a dar cualquier tipo de información sobre el estado de salud y las posibles secuelas que le pueden quedar al expiloto.
Interrogado a principios de abril, el jefe del servicio de anestesia y reanimación de un hospital de París, Denis Safran, dijo que era difícil sacar conclusiones sobre la fase del despertar. «Es un buen signo que comience a reaccionar, pero sin conocer la envergadura de las reacciones no podemos saber nada», decía el experto.