En 1979, José Pekerman se ganaba la vida manejando un taxi por las calles de Buenos Aires asolada por la dictadura; 35 años después conduce al seleccionado de Colombia con un pasajero de lujo, James Rodríguez, y se ha convertido en DT récord con nueve partidos consecutivos sin perder en mundiales.
Pekerman hacía proyectos para su futura actividad mientras trabajaba por Buenos Aires a bordo de un Renault 12 que le había prestado su hermano Tito hasta que le llegó el momento que soñó: comenzó a trabajar en las juveniles de Argentinos Juniors, una cantera inagotable de talentos donde surgió Diego Maradona.
«Mientras manejaba el taxi hacía proyectos, hasta que en 1981 el presidente del club me propuso que me hiciera cargo de toda la estructura de capacitación y formación de jugadores», recuerda de aquella etapa.
Su modestia no le permite vociferar que su período coincidió con el surgimiento en Argentinos Juniors de grandes figuras históricas del fútbol argentino, como Fernando Redondo (ex Real Madrid), Juan Román Riquelme (Boca Juniors y ex Barcelona), Esteban Cambiasso (ex Inter de Milán), además de Maradona.
Él mismo se formó en esa cantera de lujo, pero ni punto de comparación con las estrellas: era un volante central tosco, de lucha, incluso a contramano de la historia del club donde debutó en 1966 para terminar su carrera 11 años después en Independiente de Medellín (Colombia). Toda una premonición.
Amigo del silencio
Enemigo declarado de las polémicas, nunca pronuncia una palabra de más, acepta las críticas sin musitar y calla cuando no tiene nada interesante que expresar: un perfil que puede llegar a exasperar a muchos de sus compatriotas.
Sin embargo, la emoción le jugó una mala pasada a su medida personalidad el sábado tras llevar por primera vez en la historia a cuartos de final a la selección de Colombia al vencer a Uruguay 2-0.
«¡Viva Colombia!», gritó un Pekerman desconocido después de expresar, ya en su estilo, que «la gente de Colombia siempre buscó esto y estoy contento por haber estado yo aquí».
No fue una declaración de circunstancia, porque Pekerman tiene un vínculo especial con Colombia: allí nació su hija mayor Vanesa y aún antes de ser orientador cafetero siempre recordaba con afecto sus años en ese país sudamericano.
José, como se lo conoce, no solo clasificó a Colombia a cuartos de final por primera vez, sino que entró en la historia porque ha logrado el récord de nueve partidos sin perder en mundiales, junto al italiano Vittorio Pozzo, que ganó las citas de 1934 y 1938.
Como técnico de Argentina, en Alemania-2006 ganó cuatro partidos y empató uno (la albiceleste fue eliminada por el local por penales en cuartos) y en Brasil-2014 Colombia se impuso en los cuatro que disputó hasta ahora.
Dio el salto a las ligas mayores después de un paso brillante por las juveniles de la albiceleste, donde aprovechó su experiencia de la cantera de Argentinos Juniors: fue campeón mundial Sub-20 en Qatar (1995), Malasia (1997) y Argentina (2001), y en Holanda-2005, el título fue logrado por su exadjunto, Hugo Tocalli.
Tras las eliminatorias, ni se inmutó cuando sufrió el duro golpe de la baja de la estrella cafetera Radamel Falcao García. Muchos pensaron que sin la figura del Mónaco, el seleccionado de Colombia regresaría pronto de Brasil.
Seguro que su plantel igualmente podría competir de igual a igual, ahora Radamel ha quedado casi en el olvido porque el que tomó la posta, su compañero en el Mónaco James Rodríguez, se ha convertido en el pasajero del triunfo guiado por un conductor que aún desconoce cuál es el punto de llegada.