Cerca de hacer historia y con un pie en cuartos, los mexicanos pasaron en minutos este domingo de la euforia a la incredulidad y de la tristeza a la rabia por un discutido penal en el descuento que acabó con su sueño mundialista. «Nos robaron», lloraban desconsolados.
«Estoy con mucha rabia… porque nos han robado», expresaba con los ojos anegados Marcela Sánchez, una limpiadora de 53 años, mientras seguía observando incrédula la pantalla gigante de la céntrica plaza del Zócalo de la Ciudad de México.
El optimismo no podía haber estado más alto entre las más de 7.000 personas que vieron el partido bajo el tórrido sol de esta emblemática plaza capitalina: 3-0, 2-0 o 3-1 eran algunas de las porras que hacían los aficionados.
«México trae todo el ánimo. ¡México va a ganar!», auguraba exultante Israel Olvera, un vendedor de 38 años del popular barrio de Itzapalapa, festejando junto a sus amigos el golazo con el que Giovani dos Santos abrió el marcador.
Los cánticos, los gritos de «¡Sí se puede!» o los vítores a las paradas del portero Guillermo Ochoa no cesaron hasta el minuto 88.
Con una victoria que se daba por hecha, muchos se fregaban los ojos por el tanto de Wesley Sneijder que, a sólo dos minutos del fin del partido hacía tambalear la posibilidad de acabar con la ‘maldición de octavos’ de México en los últimos cinco mundiales.
Pero el silbido del árbitro en el cuarto minuto del tiempo añadido marcando un discutido penal sobre Arjen Robben del capitán mexicano Rafa Márquez encendió el griterío en el Zócalo.
«¡Se lo regaló!», gritaba desesperado Juan Carlos Medellín, un mecánico de 38 años, agitando la peluca rizada que llevaba puesta y temiendo el fatal desenlace.
Caras desencajadas y el corazón en un puño antes de que Klaas Jan Huntelaar acabara definiendo el marcador 2-1 a segundos de que terminara el partido. Se acababa el sueño para el México de Miguel ‘Piojo’ Herrera.
«Estoy sin palabras», magullaba Liliana Trejo, una estudiante de ingeniería de 23 años.
«¿Qué va a pasar? ¡Lo de siempre! Pinches árbitros pendejos. México jugó bien, ¿cómo le regalaron un penal a última hora?», lloraba, mientras un amigo la arropaba.
Cabizbajos, grupos de amigos y de familiares de todas las edades se consolaban unos a otros y trataban inútilmente de evitar las lágrimas al son del «canta y no llores» del tradicional Cielito Lindo.
«El arbitraje una vez más acabó con las esperanzas de la afición», se lamentaba Uriel Ramírez, un comerciante de 28 años cuyas lágrimas habían borrado la bandera tricolor de sus mejillas.»Nos robaron», espetaba su novia Belén. «Todos estábamos ilusionados con que íbamos a pasar, pero a final de cuentas pasó lo mismo de siempre, nos quedamos en octavos».
Tras un barullo incesante de dos horas, se hizo el silencio en la monumental plaza del Zócalo.
Artistas mexicanos también se lamentan
Algunos artistas mexicanos expusieron sus opiniones en la red social Twitter criticando el trabajo del árbitro portugués Pedro Proença.
Edgar Vívar, actor que interpretó al señor «Barriga» en la serie «El Chavo del Ocho», mostró su insatisfacción por la eliminación de México en su cuenta oficial, en la que publicó: «por un penalti injusto 2 a 1. ¿Y qué más se puede esperar de un árbitro FIFA que promueve la venta de cerveza por encima de la ley?».
Después de su primera publicación, el actor quiso explicar su tuit. «Tal vez mi evaluación ha sido poco objetiva por causa de la emoción del momento pero sobre la FIFA…es cierto», agregó Vívar.
Gael García Bernal también se manifestó ante el penalti. El actor escribió en su cuenta: «Robben! Actor de cuarta».
Por su parte, la cantante Thalia consideró que México es claro vencedor moral del duelo contra Holanda. «Para mi y para millones de mexicanos, nosotros somos los ganadores. Amamos a nuestra selección», publicó la actriz y cantante en la red.