El presidente uruguayo José Mujica volvió a respaldar al futbolista Luis Suárez, sancionado el jueves por la FIFA por morder a un rival durante un choque contra Italia en la Copa del Mundo.
El mandatario contó que recibió al futbolista a su llegada al país, en la madrugada del viernes, para darle «un humilde abrazo».
«Y lo invitamos a seguir riendo, aprendiendo y luchando», relató en su audición radial «Habla el presidente». «Tratamos de simbolizar el afecto del pueblo uruguayo que en estas condiciones no juzga, rodea de afecto».
El mandatario recordó finalmente que el Mundial «es una fiesta deportiva». «Primero que nada es una fiesta y como tal hay que verla», advirtió. «Segundo, no es una guerra, de ninguna manera. Que el dolor y la ofensa no nos achique ni el alma ni la visión. Confiamos y estamos al lado de nuestros compatriotas en el triunfo o en la derrota (…) y agradecidos por lo mucho que nos han dado», concluyó el presidente, un exguerrillero que transita su último año al frente del segundo gobierno de izquierda en la historia del país.
Evaluó que la condena quedará «en la peor memoria de la historia del fútbol».
El mandatario no cuestionó el hecho de que el delantero estrella de la Celeste haya sido sancionado porque «en parte podría entenderse», pero sí la forma en que se hizo.
«No puede entenderse la forma, los procedimientos aplicados», indicó.
«Por la forma que se transforma en un contenido peyorativo de desprecio, de aplastamiento, creo que va a ser inolvidable, quedará en la peor memoria de la historia del fútbol. Va a ser una eterna vergüenza de la memoria de los Mundiales», subrayó.
La FIFA resolvió el jueves aplicar a Suárez una suspensión de nueve encuentros oficiales con su selección y cuatro meses de cualquier actividad relacionada con el fútbol, pero lo que generó más indignación entre los uruguayos que se volcaron a las redes sociales fue que el organismo ordenara que el ‘Pistolero’ no pueda ingresar a ningún estadio en el periodo y tuviera que abandonar la concentración celeste, siendo prácticamente expulsado de Brasil.