El Salvador
sábado 11 de enero de 2025

El devoto coleccionista de álbumes mundialistas

por Sara Castro


Félix García jamás imagino que la emoción de intercambiar tarjetas de jugadores de fútbol lo llevara a ser un coleccionistas de álbumes de fútbol. Ahora es parte de un ranking mundial por tener 67 álbumes, muchos de ellos buscados por coleccionistas internacionales.

Completar el álbum oficial de las Copas del Mundo es casi obligación para los amantes del fútbol cada vez que se acerca la máxima fiesta del balompié. Adultos, jóvenes, mujeres y niños, quienes se sumergen en la afición por comprar tarjetas, se reúnen en puntos estratégicos del país para el intercambio de imágenes. Muchos llevan un papel donde están marcados aquellos jugadores que ya tienen o saben – perfectamente- cuál es la que falta para concluir una selección.

El dinero empleado para el álbum mundialista puede salirse de control si alguna estampa no aparece y hay muchas del mismo jugador. “El problema es que la mayoría de gente compra sobres, sobres y al final hace la cuenta y ha comprado como 50. El gasto es mayor”, explicó Félix García, un experto y coleccionista de álbumes de fútbol, quien terminó de llenar el Brasil 2014 en una semana.

García tuvo su primer álbum de fútbol a los 10 años. Fue el de México 1970 pero a diferencia de los “originales” Panini –empresa fundada en Italia en 1961- este apareció en un periódico nacional. Este coleccionista recuerda que la selección de El Salvador aparecía en él y que tenía que comprar el rotativo todos los días para poder recortar las figuritas.

Félix García, coleccionista de álbumes de fútbol. Foto D1: Nelson Dueñas.

Félix García, coleccionista de álbumes de fútbol. Foto D1: Nelson Dueñas.

“Ese era el tesoro más grande que tenía a esas edad”, dijo con una voz de añoranza. Pudo ser el libro de figuras mundialistas más valioso para Félix sin embargo quedó extraviado tras el terremoto de 1986.

La afición por recopilar álbumes de fútbol inició cuando su primera hija nació. “Voy hacerle un regalo de esta época memorable”, se dijo, en el marco del mundial Italia ’90. Pero la afición se hizo cada vez mayor. Los libros coleccionables ya no eran solo mundialistas sino de ligas locales de Suramérica, de Eurocopas o Champions League.

Incluso aumentó porque nacieron dos hijos más y también quiso dejar una herencia para ellos: “cuando se casen les voy a dar la dote”, comentó y rió ampliamente. Es por ello que Félix García colecciona tres álbumes por mundial de fútbol o por alguna competencia futbolística de peso.

García es un ingeniero eléctrico, y también coleccionista. Está ubicado en el número 30 del ranking internacional “Museo Coleccionable” por sus 67 álbumes. Conteo creado por el peruano Bryan Hurtado a través de internet, donde coleccionistas de todo el mundo exhiben sus más preciados tesoros: álbumes de fútbol, que entre más antiguos y bien conservados son muy codiciados en el mundo de los coleccionistas.

“Siempre he tenido intercambio con gente de otros países”, comentó García. El mecanismo de exponer sus recopilaciones ha permitido tener entre sus “tesoros” álbumes originales Panini elaborados en Brasil, en España u otros países.

Y es que, de acuerdo con este fanático de las estampas mundialistas, el sello Panini no siempre estaba en las impresiones que se distribuían en América pero eso no significaba un devalúo en el producto.

“Los álbumes que venían no eran exactamente originales. Panini concesionaba algunas imprentas nacionales o americanas para que elaboraran el producto en esta zona pero eran los mismos diseños. Por eso, los álbumes que tengo tienen estampas de papel. En Europa, desde 1970, son stickers”, contó.

Además, este ingeniero expuso que los álbumes mundialistas fabricados en el país, como los Impresse, son más codiciados por los coleccionistas internacionales porque son únicos.

“Este tipo de álbum puede tener un costo desde 250 hasta 400 dólares. Los Panini, como ya están más comercializados puede costarte alrededor de 150 dólares ya completos”, según García.

De un archivero como de oficina saca cual oficinista que busca documentos sus cuadernillos coleccionables ordenados –delicadamente- por Copas del Mundo.

Félix García busca en su archivero sus preciados álbumes. Foto D1: Nelson Dueñas.

Félix García busca en su archivero sus preciados álbumes. Foto D1: Nelson Dueñas.

– Este es Panini pero fabricado en Brasil, lo intercambié con alguien de allá. En este tiempo (1990) todavía era con pegamento- manifestó García, señalando las tarjetas.

– ¡Aquí está la última que pegué: la de Maradona! –dice emocionado.

Esta estampilla tiene historia. Maradona era la estrella en esa época por eso la tarjeta más codiciada. Félix no la tenía y decidió ir al centro de San Salvador a buscarla, ahí donde siempre fue un referente para los salvadoreños para “regatear” las tarjetas de los mundiales.

Su padre le había dicho que si le hacía falta una tarjeta no tenía que decirlo. “Llevá unos numeritos y decís que buscás otras, me decía mi padre”, cuenta García.

Con esas instrucciones se fue al centro de San Salvador.

–Necesito a Maradona– dije a los que estaban ahí.

–Te la vendemos a cinco colones– me respondió un hombre.

“No tenía esa cantidad de dinero así que les dije que podía darles todas las tarjetas que tenía. Y así la pude obtener”, relató.

Curiosidades y errores coleccionables

Entre álbumes de 1990, 1998, 2002, de Eurocopas o el “Road to Brazil”, uno de estampillas especiales, los originales obtenidos por internet o los producidos en El Salvador se entrevé uno de la selección de El Salvador que fue lanzado, en 2009, por una compañía telefónica.

En una foto de fondo se ve al exguardameta Miguel Montes atajando un balón. Las estampas son de la selección nacional que participó en la clasificación rumbo a Sudáfrica 2010: Eliseo Quintanilla, Rodolfo Zelaya, Alfredo Pacheco, Dennis Alas, Ramón Sanchéz, entre otros son las figuras coleccionables de esa edición.

–¿Y este? –

“Un italiano me pidió este álbum que sacó Digicel de la Selección. Como son raros y no los hacen en otra parte del mundo, los coleccionistas los buscan, entonces uno de estos ya va para Italia”, manifestó García.

Como todo un experto, sabe qué problemas hubo con determinada estampilla, en qué país se imprimieron Panini o en cual no. Conoce las tarjetas especiales y domina en qué álbum salieron por primera vez las número “cero”.

Entre ellos, mostró el álbum de Estados Unidos ’94 y relató que hubo un problema con la selección de Irán, a la que no imprimieron sus estampillas.

“No quisieron que se sacaran las caras de los jugadores, entonces buscamos en internet y vimos que alguien las tenía. Alguien en Europa hizo el montaje y las comenzó a repartir por todo el mundo, incluso salieron en las cajas de los cereales Kellog’s. Se las habían inventado. Yo las mandé a imprimir”, expresó.

Álbum de Estados Unidos 94, donde las estampillas de la selección de Irán no fueron reproducidas. Foto D1: Nelson Dueñas

Álbum de Estados Unidos 94, donde las estampillas de la selección de Irán no fueron reproducidas. Foto D1: Nelson Dueñas

Una estampa con error al ser impresa también puede ser valiosa. Mitad la cara de un jugador mitad de otro es coleccionable.

Además de recopilar los libros mundialistas y las curiosidades, la minuciosidad con la que selecciona y pega las tarjetas en las casillas es todo un ritual: busca entre todos los paquetes las figuras repetidas y observa cuál caza mejor en la casilla donde debe colocarla. Le gusta que quede alineada y la pega aplicada debe ser mínima, para no estrujar la imagen del futbolista.

“Si a la sticker le sale un pedacito, la descarto. Consigo la que esté casi perfecta. Eso implica más gasto. Trato de dejarlos lo más perfecto posible. Marcar los álbumes está prohibido entre los coleccionistas. No tiene que estar ni ajado”, reveló.

El más preciado

Félix García puede escoger entre álbumes de edición limitada, enviados de Europa, impresos en Italia pero eligió como su favorito uno producido en El Salvador, en 1994: el álbum Campero, que le costó cuatro colones.

“Para lograr llenar este, tenía que ir al restaurante todas las semanas y comprar un ‘súper campero’, solo así tenía derecho a tener un sobre. Cada semana hacía lo mismo”, relató entre risas este aficionado.

Veinte años después, Félix compró, como de costumbre, el álbum de la Copa del Mundo Brasil 2014. Adquirió dos cajas, cada una con 100 sobres, y logró completarlo en una semana.

Sin un objetivo más que aumentar su colección y dejar su herencia, García no espera ganarse un auto o cualquier otra promoción que surge en el mercado sino ser uno de los más grandes coleccionistas, quien empezó intercambiando las tarjetas futbolísticas.

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