El Salvador
viernes 29 de noviembre de 2024
Deporte

La alegría se desata entre los aficionados del Real Madrid

por Redacción


La alegría de los aficionados merengues contrastó con la tristeza de los aficionados rojiblancos, que abandonaron el estadio cabizbajos, muchos con lágrimas en los ojos.

La alegría se desató entre los aficionados del Real Madrid al lograr su ansiada décima Copa de Europa tras ganar 4-1 al Atlético en la final de la Liga de Campeones, mientras los rojiblancos dieron rienda suelta a su tristeza.

El pitido final fue la señal para que un rugido de felicidad recorriera el estadio Santiago Bernabéu, que ya se había venido abajo en el minuto 111 cuando los aficionados saludaron con botes y ondear de bufandas blancas el gol Gareth Bale que adelantaba al Real Madrid.

Igual reacción acompañó a los de Marcelo y Cristiano Ronaldo de penal: «ahora sí, la Décima ya está aquí», lanzó el speaker en el Bernabéu, coreado por el público.

«Ya era hora de que cayera la décima. Ya llevábamos mucho tiempo esperando», dice Angela Suárez, una estudiante de 20 años, con la cara pintada de blanco.

Angela, junto a otros miles de aficionados blancos, abandonaron el estadio para acudir a la plaza de Cibeles, el habitual lugar de celebración del equipo blanco, nada más ver a Iker Casillas levantar la décima Copa de Europa en las pantallas gigantes colocadas en el cesped del Bernabéu.

Ninguno quiere perderse la fiesta que va a seguir, mientras esperan a su equipo que tiene previsto acudir esta misma madrugada a encontrarse con sus hinchas.

«Ya está, ya lo hemos conseguido, aunque hemos sufrido bastante», dice Susana Hernández, una azafata de 28 años, vestida con una camiseta del Real Madrid.

«Por un momento creí que tendríamos que seguir esperando más por la Décima», reconoce Susana, que lleva el número 14 de Alonso a la espalda.

La alegría de los aficionados merengues contrastó con la tristeza de los aficionados rojiblancos, que abandonaron el estadiocabizbajos, muchos con lágrimas en los ojos.

«Es un palo muy grande. Estábamos a dos minutos de ser campeones de Europa», dijo David Montero, un estudiante de ingeniería de 23 años, con ojos húmedos de lágrimas.

Montero, vestido con la camiseta rojiblanco, no podía dejar de lamentar el gol del empate de Sergio Ramos, en el descuento y cuando ya estaba a punto de terminar el partido.

Los colchoneros celebraron el gol del uruguayo Diego Godín, que fue recibido en el Calderón con un grito de «¡gol!» gigantesco y ondear de bufandas rojiblancas, pero el empate de Sergio Ramos echó un jarro de agua fría y un tupido silencio sobre las gradas del Vicente Calderón.

«Es muy duro perder así porque lo teníamos tan cerca y la afición estaba muy ilusionada. Pero, tuvimos una muy buena temporada y podemos estar orgullosos», afirmó Aitor Ramos, un empleado de banca de 44 años y aficionado colchonero de toda la vida.

Como él, decenas de miles de aficionados rojiblancos, que no tuvieron la fortuna de poder acudir al estadio Da Luz lisboeta, habían llenado su estadio para ver en unas pantallas gigantes el partido, aunque ya desde la mañana, tanto ellos como sus rivales blancos, habían ocupado las calles de la capital española.

Ahora la fiesta sólo seguirá en el campo blanco, mientras que los rojiblancos tendrán que seguir esperando su primera Copa de Europa tras haber disputado su segunda final de la Liga de Campeones de su historia.