Tras la confirmación de Curitiba como sede del Mundial-2014 y con los problemas recurrentes en materia de transporte en Brasil, la FIFA intentaba este miércoles tranquilizar a los entrenadores de los equipos calificados a cuatro meses de torneo.
Temas técnicos y de logística son abordados este miércoles y jueves en un seminario con los seleccionadores en la ciudad de Florianópolis, la meca turística del sur de Brasil. De los 32 técnicos, nueve no pudieron asistir a la cita, incluidos los de Alemania, Italia, Argentina, Chila y Colombia.
«Tengo confianza que todo saldrá bien», expresó el entrenador de Camerún, el alemán Volker Finke. «Siempre hay un par de situaciones con momentos de frustración (…) pero es parte del paquete» de preparativos, dijo por su parte el seleccionador de Irán, el portugués Carlos Queiroz.
Brasil, que ha prometido organizar la «Copa de las Copas», se salvó el martes de la tarjeta roja cuando la FIFA confirmó a Curitiba como una de las 12 sedes del torneo, pese a un serio atraso en las obras del estadio.
«Creo que la situación se va a resolver, pero tenemos que confiar desconfiando», lanzó por su parte el ministro brasileño de Deportes Aldo Rebelo, que también participó del seminario.
Una veintena de personas manifestó en la noche del miércoles a las afueras del lujoso hotel donde se celebra el evento contra la FIFA y el Mundial, constató la AFP.
«Con mi pueblo»
En un panel dedicado a temas de seguridad y previsto para este jueves se prestará especial atención a situaciones de violencia en el fútbol brasileño, como la brutal riña entre barra bravas en Joinville (sur) en diciembre o la invasión del centro de entrenamiento del Corinthians, que utilizará Irán, por parte de un centenar de hinchas del propio club a comienzos de febrero.
Eso sin contar las manifestaciones contra el Mundial-2014, sobre todo en Rio de Janeiro, que por lo general terminan en violencia.
«Desde mi punto de vista, tengo confianza en (que será garantizada) nuestra seguridad», indicó el entrenador inglés Roy Hodgson.
Y a la hora de los resultados, el brasileño Luiz Felipe Scolari, la gran estrella del evento, fue claro: «Brasil es favorito» y cuenta con la hinchada anfitriona para impulsar la chispa del equipo que lidera el astro del Barcelona Neymar.
«Juego en casa, con mi pueblo. Vamos a jugar para ganar», lanzó el DT en una rueda de prensa.
Aunque para el entrenador de la campeona España, Vicente del Bosque, la ‘torcida’ puede jugarle en contra a Brasil por la «presión» de repetir el éxito vivido en la Copa Confederaciones, que conquistó goleando a los ibéricos (3-0) en la final.
Embotellamientos y retrasos
Aunque la Confederaciones, un torneo considerado un test antes del Mundial, fue considerada un éxito, también tuvo problemas.
El equipo de Uruguay por ejemplo tuvo que cancelar su entrenamiento en Recife (noreste) por los interminables embotellamientos y los inmensos huecos en las calles, que eran de espanto.
«Pero problemas, todas las selecciones tuvieron», dijo a la AFP el entrenador celeste Oscar Tabárez entre dos reuniones. «Estamos tranquilos», aseguró.
Otros participantes del seminario expresaron sus interrogantes con otras sedes aún no terminadas como Cuiabá (centro-oeste), en la que el gobierno ordenó un nuevo informe para medir los daños de un incendio la semana pasada, o Porto Alegre (sur), que la presidenta Dilma Rousseff inaugura el jueves, en medio de una polémica sobre estructuras temporales, que el club responsable del estadio (Internacional) se rehúsa a pagar.
Siete de los 12 estadios fueron inaugurados, seis de ellos utilizados en la Confederaciones.
El seminario abordará otros puntos críticos en la organización del Mundial como el transporte de una sede a otra.
El seminario se centró además en otros aspectos prácticos, como las obligaciones de los medios en el torneo y los problemas médicos. La FIFA anunció el sábado que se hará un perfil biológico de todos los jugadores del Mundial, que serán sometidos a controles de orina y sangre a partir del 1 de marzo, para evitar casos de dopaje.