sábado 5 de octubre del 2024
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El islam florece en las mezquitas de El Salvador

por Gabriela Cruz
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El reloj marca la 1:30 P.M. en un cálido viernes de septiembre. Hombres y mujeres pausan su día laboral y cruzan el tráfico de la ciudad para llegar presurosos a la mezquita. Lavan su rostro y sus manos, se quitan los zapatos antes de entrar y se preparan para la oración.

Así como ellos, más de dos mil millones de musulmanes alrededor del mundo asisten a la Jumu’ah, palabras árabes para la congregación tradicional del viernes. Pero en esta ocasión no estamos en Egipto ni en Arabia Saudita. Es San Salvador, El Salvador, en la mezquita Dar-Ibrahim (Casa de Abraham).

El sheikh (guía religioso) pronuncia el sermón sobre Dios como una divinidad única, sin pares, ni hijos o asociados, que no tiene comparación, a la vez que recita fragmentos del Corán (Quran), el texto sagrado del Islam revelado al profeta Muhammad hace 1,446 años.

Foto: D1/ Gabriel Aquino

Musulmanes nacionales y extranjeros durante el sermón del viernes en el interior de la mezquita Dar Ibrahim en San Salvador. Foto: D1/ Gabriel Aquino

Los versos del Corán son recitados en árabe, pues los musulmanes consideran al Corán en su lengua original como las palabras literales de Dios. Luego el sheikh los traduce al español, mientras todos escuchan atentos y silentes, meditando en los versos de Allah.

Aunque no se refieren a Dios como “Jehová” o “Padre Nuestro”, Allah no es una divinidad distinta al de la fe monoteísta originada en el patriarca Abraham. Es el mismo Dios de Isaac, Moisés, David, Ismael y Jesús, quien es respetado y considerado por los musulmanes como un profeta, mensajero de Dios y el Mesías.

Allah (en árabe “El Dios”) es una palabra que proviene de las lenguas semíticas que originaron el hebreo, árabe y arameo. Comparte la misma raíz lingüística que los vocablos El o Elohim (nombres utilizados para referirse a Dios en la Biblia Hebrea), o Elah en arameo, la lengua que los judíos hablaban en los tiempos de Jesús.

Existen cuatro mil musulmanes en El Salvador, de los cuales más de mil se congregan en cinco mezquitas a nivel nacional, entre ellas la de Dar-Ibrahim. La “Mezquita de la luz” (An-Nur), ubicada en la Avenida España del Centro Histórico de San Salvador, fue el primer lugar de oración fundado en 1992 por el Dr. Armando Bukele Kattán, quien sembró la semilla del islam en el país.

Foto: D1/ Gabriel Aquino

Una pieza con los 99 nombres de Allah, que refieren las múltiples cualidades y atributos de Dios. Foto: D1/ Gabriel Aquino

Foto: D1/ Gabriel Aquino

Uno de los pilares del Islam es creer en un único Dios y en Muhammad como su mensajero. Otro pilar fundamental es el ayuno por treinta días, desde que sale hasta que se oculta el sol, en el mes de Ramadán. Foto: D1/ Gabriel Aquino

Comienzos del Islam en tierras cuscatlecas

En otras regiones de Latinoamérica, la presencia de musulmanes se remonta desde los tiempos de la colonización española en el siglo XV hasta la llegada de migrantes extranjeros a mediados del siglo XIX. Sin embargo, el islam en El Salvador llegó bajo circunstancias particulares, gracias a la curiosidad de un hombre inconforme con las enseñanzas del cristianismo.

Hijo de padres originarios de Belén y Jerusalén, ciudades de Palestina, Armando Bukele Kattán creció en un hogar que practicaba el catolicismo como una alternativa a sus creencias cristianas ortodoxas.

El imam Emerson Bukele, guía espiritual de la Comunidad Musulmana de El Salvador, recuerda cómo su padre, a medida fue creciendo, comenzó a reflexionar y a cuestionarse sobre la divinidad de Jesús, el concepto de la Trinidad y el sentido del sacrificio en la cruz por pecados que no le correspondían.

Estas preguntas lo metían en problemas con los sacerdotes que le impartían clases en el Liceo Salvadoreño durante su adolescencia: “El cura se enojaba y le decía ‘Salíte musulmán’. Entonces mi papá se salía de la clase e iba donde mi abuelo a quien le decía: ‘¿Y eso de musulmán, qué es? ¿Qué es eso?’ Y entonces mi abuelo, que no quería que supiera evidentemente, no le decía, pero mi papá se quedó con eso en la cabeza”.

Foto: D1/ Gabriel Aquino

Imam Emerson Bukele, guía espiritual de la Comunidad Musulmana de El Salvador. Foto: D1/ Gabriel Aquino

Este fue el inicio de su búsqueda que lo llevó a convertirse al islam más adelante. En tiempos donde no existía el Internet, encontró información acerca de la fe, en especial, una copia del Corán que respondió a todas sus preguntas.

Viajó a Estados Unidos, donde ya existía una creciente comunidad musulmana, e hizo la Shahada, la declaración de fe para abrazar el islam: “Testifico que no hay más dios que Allah, y testifico que Muhammad es Su mensajero”. Tras su conversión, regresó al país para fundar la primera mezquita y convertirse en el primer imam de la Comunidad Musulmana Salvadoreña.

Lentamente, la fe del islam llamó a más personas que, igual que él, compartían la misma visión de la unicidad de Dios y admiraban las enseñanzas del profeta Muhammad, hasta formar la comunidad que es hoy en día. A lo largo de treinta años se han fundado las mezquitas “Palestina Libre” en Santa Ana, “La esperanza” (Al-Amal) en San Miguel, y “Renacer” en Nahuizalco, para recibir a más musulmanes salvadoreños.

Foto: D1/ Gabriel Aquino

Un creyente del Islam tiene el deber de orar cinco veces al día, poniendo su frente y nariz en el suelo como señal de sumisión total a Dios.  Foto: D1/ Gabriel Aquino

Foto: D1/ Gabriel Aquino

Otras obligaciones de un musulmán es dar ‘zakat’, una donación caritativa impuesta a aquellos con ingresos necesarios. No se entrega a una institución o líder, sino que se brinda según la iniciativa del creyente. Foto: D1/ Gabriel Aquino

Una vida centrada en Allah

Los musulmanes utilizan expresiones que contienen la palabra Allah en cada aspecto de su cotidianidad. Pronuncian Bismillah (En el nombre de Dios), por ejemplo, para alimentarse o entrar a una casa; Allahu Akbar (Dios es el más grande) en momentos de alegría y sorpresa, o reemplazando el típico aplauso en contextos religiosos; o Alhamdulillah (Toda la gloria sea para Dios), para dar las gracias a Dios y expresarle agradecimiento.

El imam Emerson Bukele define el islam como la paz que se encuentra en el sometimiento ante la voluntad de Dios. “Se asocia a la religión con una cosa secundaria en la vida, no como las cosas primarias. La relación con Dios no forma parte de la vida diaria, hay gente que reza hasta a saber cuándo o cuando tiene problemas, pero en el Islam la práctica de la fe es más constante. Por ejemplo, un musulmán debe rezar cinco veces al día. Debe estar completamente en cada acto, en cada pensamiento, conectado con Dios. Una vida complicada para las personas latinas que no están acostumbradas a esto”.

El recuerdo de Dios está presente cada faceta de la vida de un musulmán, quien busca actuar con rectitud para alcanzar su lugar en el Paraíso (Jannah), en la otra vida. Por eso, un verdadero creyente del islam practica el respeto y la justicia, la compasión y la misericordia, la honestidad y la paciencia, la humildad y la generosidad, valores enseñados en el Corán.

Foto: D1/ Gabriel Aquino

Allah es la palabra en árabe para decir “Dios”, por ende, cristianos y judíos del mundo árabe también lo nombran así para adorarlo. Foto: D1/ Gabriel Aquino

Esta visión contradice lo visto o dicho en algunos medios de comunicación, grupos políticos o personas influenciadas por la islamofobia, que tienden a reforzar prejuicios basados en el odio o la ignorancia. El imam señala que los atentados del 11 de septiembre del 2001 contra las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York desencadenaron la intolerancia contra la comunidad musulmana en el mundo.

“A partir de los atentados del 11 de septiembre, la percepción general es que los musulmanes son terroristas y que quieren matar a la gente, especialmente a los cristianos. De hecho, creen estupideces como que en los países musulmanes no se permite el libre culto, que no hay iglesias cristianas, que las queman o matan a todos los cristianos. Ese es uno de los principales prejuicios que hay ignorantes”.

Catedrales como Nuestra Señora de Lourdes en Tánger en Marruecos, la del Sagrado Corazón de Argel en Argelia, la catedral maronita de San Jorge en Líbano, son ejemplos de la libertad de culto que gozan los cristianos en la mayoría de países musulmanes. Estos hechos coinciden con lo dicho de un verso del Corán: “No hay coacción en la religión”, señalando que la fe es una elección personal.

Foto: D1/ Gabriel Aquino

A las mujeres se les insta a utilizar velo como un acto de adoración a Dios. Sin embargo, no se puede obligarla a portarlo en contra de su voluntad. Foto: D1/ Gabriel Aquino

Además, el estereotipo de que las mujeres en el islam son sometidas y esclavizadas es otra interpretación errónea de la fe, indica el imam.  La mujer musulmana tiene un conjunto de derechos contenidos en el Corán que la ubican en una posición de privilegio en comparación con el hombre, donde es protegida en el matrimonio, la crianza de los hijos, la herencia, la educación y la propiedad. También se alienta a los hombres a tratarlas con bondad y justicia, a la vez se les insta a cumplir con su rol de proveedores y protectores de sus familias.

“Si lo ves en estadísticas, donde se explota a la mujer es en Occidente. Aquí la cantidad de violaciones son miles y el 80% por sus propios familiares. Aquí la cantidad de mujeres sin maridos es increíble, madres solteras que deben salir a trabajar para mantener al hijo porque al hombre hay que ir a toparlo a la Procuraduría. Cuántos hombres agarran a la mujer, la engañan, la embarazan y después la dejan. Eso no pasa en países musulmanes. Allá no vas a tener a un hombre que no le dé la cuota a su hijo porque le pegan”.

El imam refiere que estos estereotipos no provocan una discriminación marcada contra la comunidad musulmana, la población salvadoreña en general es tolerante con diferentes religiones. Sin embargo, estas ideas no permiten que nuevas personas aprendan o conozcan la verdadera esencia del Islam, que no está a favor del extremismo y el fanatismo, sino la justicia y la moderación.

Mujeres toman fotografías después del sermón tradicional del viernes. Foto: D1/ Gabriel Aquino

Una mujer con vestimenta modesta y colorida toma fotografías después del sermón tradicional del viernes. Foto: D1/ Gabriel Aquino

La educación como puente de entendimiento

La desinformación contra el islam se acaba con la educación y la búsqueda de conocimiento, un aspecto central en la vida de un musulmán. Según un hadiz (dicho del Profeta Muhammad): «La búsqueda de conocimiento es una obligación para todo musulmán«. Ante esto, el mayor proyecto que impulsa la comunidad musulmana del país para acabar con estos prejuicios y abrir las puertas del Islam a la población salvadoreña es la Escuela Dar Ibrahim.

En el mundo islámico, las escuelas son conocidas como madrazas y son centros de estudio dedicados a la enseñanza de los estudios sobre la fe y diversas disciplinas. Durante la Edad de Oro Islámica (entre los siglos VIII al XIII), las madrazas no solo enseñaban religión, sino también filosofía, medicina, astronomía, matemáticas y otras ciencias. Eran comparables a las universidades de Europa en cuanto a su función académica.

Con esta premisa, la Escuela Dar Ibrahim fue establecida por iniciativa del imam Bukele en marzo de este año, retomando el concepto de la madraza musulmana. El centro de estudios tiene como fin fortalecer la educación de niñas y niños salvadoreños, en especial, aquellos de familias de escasos recursos, sean o no de creencias musulmanas.

Estudiantes de la Escuela Dar Ibrahim. Foto: D1/ Gabriel Aquino

Estudiantes de la Escuela Dar Ibrahim. Foto: D1/ Gabriel Aquino

El acercamiento del imam con la comunidad de Nahuizalco, que cuenta con una pequeña población de musulmanes de escasos recursos (algunos de origen indígena), impulsó este proyecto: “Tuve un sueño. Yo veía a una señora echando tortillas, en una casa bien humilde, y veía a un niño bien chiquito. Yo entendía que eran musulmanes. [El niño] llegaba de la mezquita hablándole en francés a la mamá. Y la cara de la mamá sorprendida porque el niño hablaba francés bien y era un niño chiquito. Nosotros tenemos que darle educación a estos niños que no tienen, educación de primer mundo”.

La Escuela Dar Ibrahim es el primer centro de estudios con formación islámica, académica y con enseñanza en cuatro idiomas (árabe, francés, inglés y español) a nivel nacional. No solo se enfoca en clases de religión y estudios del Quran, sino que imparte clases de robótica, programación, educación financiera, orientación para la vida, ética y apologética.

Foto: D1/ Gabriel Aquino

Niños de la madraza Dar Ibrahim también asisten al sermón del viernes para aumentar su fe y obtener más conocimiento. Foto: D1/ Gabriel Aquino

Nosotros estamos tratando de preparar líderes. Para mí, esta iniciativa era la solución al problema religioso, el problema académico y al problema moral. Y me ha dado la razón, ya en la práctica todo el mundo está fascinado por cómo los niños han aprendido rápidamente y como han cambiado. Así que In Sha Allah [si así lo dispuso Dios] vamos a seguir haciendo, si Dios quiere, esta iniciativa más grande”, afirma el imam.

Afirma que, con este paso, los salvadoreños conocerán de primera mano el verdadero significado del islam.

Foto: D1/ Gabriel Aquino

Las mezquitas no cuentan con imágenes referidas a Dios, ya que es un acto vinculado a la idolatría. Foto: D1/ Gabriel Aquino

Foto: D1/ Gabriel Aquino

Los musulmanes se quitan los zapatos antes de entrar a una mezquita por razones de limpieza y respeto hacia el espacio sagrado. Foto: D1/ Gabriel Aquino