El Salvador
martes 15 de julio de 2025

Tania, la joven que transforma el barro en arte en Santo Domingo de Guzmán

por Alexis Flores

Una joven alfarera convierte el barro en esculturas llenas de detalle y significado, rescatando con sus manos una tradición heredada por sus padres.

En el distrito de Santo Domingo de Guzmán, un pueblo de tradición alfarera ubicado en el departamento de Sonsonate, vive Tania Briseyda López García, quien, a sus 23 años de edad, ha encontrado en el barro una forma de contar historias. No cualquier barro, sino el que su padre y su madre recolectan a mano en «el barreal» del pueblo, siguiendo una costumbre heredada por generaciones.

“Desde chiquita veía a mis papás trabajar el barro. Les ayudaba a pulir las piezas, pero fue hace cinco años que empecé a hacer mis propias figuras”, recuerda. Aunque su padre se dedica a piezas tradicionales como ollas y jarrones, Tania eligió otro camino creando figuras pequeñas y detalladas, hechas completamente a mano con estecas, sin moldes y con una visión artística propia.

Foto: D1/Gabriel Aquino

Cada escultura mide aproximadamente 20 centímetros, las cuales pueden ser un gallo, una doctora, un perro, una mariposa o el diseño que le soliciten. “Primero lo modelo, luego tiene que secarse, después lo pongo al sol, lo quemo y al final lo pinto. Todo lleva su tiempo, unos ocho días aproximadamente”, explica con detalle.

Foto: D1/Gabriel Aquino

Tania es una persona con enanismo y a pesar de los desafíos físicos que eso implica, nunca lo ha visto como una barrera. “La gente a veces no cree que yo pueda hacer estas cosas, pero cuando las ven terminadas, se sorprenden”, afirma mientras muestra una escultura aún en proceso. Su habilidad ha sido autodidacta, inspirada por el trabajo de su padre y por la creatividad innata, que floreció en ella desde la infancia.

Foto: D1/Gabriel Aquino

Su talento ha ido creciendo con los años. Comenzó haciendo piezas pequeñas como aretes o tazas en miniatura, y ahora crea figuras personalizadas por encargo, las cuales promociona a través de su página en Facebook llamada Tania López. Ha recibido pedidos de distintos lugares, incluso fuera de la comunidad. “Gracias a Dios, la gente ve mis fotos y me hace pedidos. Yo lo veo como un reto y siempre digo: lo voy a hacer”, cuenta con una sonrisa.

Foto: D1/Gabriel Aquino

Tania sueña con algo más grande, así como un espacio donde se combinen sus dos pasiones: la cocina y la cerámica. Aunque un curso de gastronomía quedó inconcluso por la pandemia en el 2020, su meta sigue viva. “Me gustaría tener un local donde la gente pueda comprar comida y llevarse mis piezas. Ese es mi sueño”, comentó.

Actualmente, Tania se reconoce como parte de una tradición ancestral, pero también como alguien que ha sabido innovar desde su identidad y circunstancias. “Me siento feliz porque estoy heredando un trabajo que ha pasado por generaciones. Tal vez no hago las ollas como mi papá, pero enseño que hay otras formas de trabajar el barro. Y espero que más gente joven se anime”.

Foto: D1/Gabriel Aquino

Tania Briseyda se define no solo como una heredera del barro, sino también como una innovadora, una artista y un ejemplo de cómo los límites se superan con pasión, creatividad y constancia. En cada una de sus piezas, hay más que barro; hay historia, identidad y esperanza.

Quienes deseen conocer más sobre su trabajo o hacer un pedido personalizado pueden contactarla a través de su página de Facebook como Tania López y en Instagram como Tania_lopez_22, donde comparte fotos de sus creaciones y responde directamente a quienes se interesan por sus esculturas únicas hechas a mano.

Foto: D1/Gabriel Aquino