Vestidos vibrantes cuelgan de un pequeño puesto a las orillas de la 3ª calle Poniente y la 9ª avenida Norte de San Salvador. Llaman la atención de los transeúntes que, acostumbrados a ver ropa occidental de temporada, reciben una dosis de color y brillo al observar las múltiples opciones de prendas que tiene Óscar Armando Mártir, un comerciante cuyo negocio de venta de ropa que se ha vuelto un referente de la moda tradicional india en el centro de San Salvador.


La mayoría de las prendas que se exhiben con gracia en la fachada de su puesto son saris, un vestuario emblemático de la India que las mujeres lucen con elegancia y buen gusto. De algodón, seda o chiffón, con bordados a mano, pedrería, motivos florales y geométricos, estas piezas son parte de las opciones que brinda Mártir a los compradores salvadoreños que buscan este tipo de vestuario caracterizado por la intensidad de su colorido.


“La idea surgió desde muy pequeño, cuando mis padres vestían con este tipo de ropa. Y conforme el tiempo, se le ocurrió primero a mi esposa que podíamos hacer un negocio como de venta de ropa. Y luego, se me ocurrió colocar algo diferente para que la gente tuviera otro tipo de conocimiento en la cultura de la ropa y sobre todo, que conociera los tipos de religiones. En sí, todo va enfocado en el amor hacia Dios”, expresó el comerciante sobre el origen de su emprendimiento.


Al ser hijo de padres migrantes de la India, concibe su tienda como un vínculo con sus raíces familiares y una puerta abierta para que los salvadoreños descubran y aprendan de otras culturas y religiones. Este detalle explica el propósito y la dedicación que le entrega a su negocio. Al principio, indica, fue visto con extrañeza y curiosidad, pero con el tiempo logró ganarse la aceptación de los compradores.


“Ellos [mis padres] no son prácticamente de aquí de El Salvador, la verdad no sé cómo es que llegaron pero según me cuentan mis parientes, mi papá y mi mamá no eran de esta tierra, sino de otro lugar: de la India. Así es como, por el tipo de cultura que tuvieron mis padres antes, me gusta exhibir este tipo de ropa”, manifiesta.


Gentil y respetuoso, Óscar atiende constantemente a los clientes, en mayoría mujeres, que buscan un vestido para un evento, ropajes para presentaciones teatrales de la iglesia sobre la época de Cristo y atuendos de verano para lucir en las playas durante Semana Santa.


Las prendas expuestas a la venta también son túnicas para hombres que son muy gustadas por los clientes por ser presentables y atractivas visualmente. “Casi no se mira, pero cuando se ve la gente dice ‘wow, que bonito se ve’. Es un poquito escasa, pero siempre tratamos de irla encontrando. Y como algo, digamos celestial, siempre nos viene ese tipo de ropa, gracias a Dios”, indica sobre las opciones que tiene para todos los gustos.


La ropa que ofrece el comerciante también proviene de Egipto, Arabia Saudita y otros países africanos. Las miles de piezas obtenidas por Mártir han sido cuidadosamente seleccionadas a lo largo de los años, prestando atención a los detalles de la hechura, las telas y los bordados. Los precios de las prendas, con viñeta o de segunda mano, son económicos y accesibles.


«De ahí viene la cultura, el deseo de exhibir todo tipo de ropa, y tratamos la manera de buscarle. Cuando el cliente nos dice ‘¿Tiene de esto?’, ‘No, no lo tenemos pero se lo vamos a buscar’», manifiesta sobre la atención que ofrece a los visitantes de su tienda.


Los vestidos tienen un valor de $3.00 a $1.00, los pantalones para dama o salwar $2.00 y los pantalones para hombre desde los $3.00 hasta $1.00, dependiendo de la pieza. En tanto, los velos y mantos para la cabeza pueden costar entre $1.00 a $2.00 dependiendo del grosor de la tela. Últimamente, por la temporada de verano, las piezas que han sido preferidas por algunos clientes son las de estilo africano, dado su color y la frescura de sus telas.


Óscar Mártir, apasionado por aprender y obtener conocimientos de otros países, quiere que los compradores no solo se lleven consigo una pieza de calidad, sino una pequeña porción de cultura que les recuerde la importancia de la tolerancia, la empatía y la diversidad. “Me gusta mucho los otros tipos de religiones que tienen los otros países también, creo que es algo que se debe de retomar a nivel mundial porque es algo que nos une como personas, porque somos como una misma persona para Dios, una humanidad, porque todos somos muy importantes aquí en la Tierra”.

