Continúa la intensa búsqueda del profesor Enrique “Kike” Peña Aguilar, extraviado en el volcán Chinchontepec, en San Vicente, desde hace ocho días. Instituciones gubernamentales y organismos de socorro mantienen activas las actividades de rastreo para dar con su paradero y brindarle respuestas a su familia.
Su desaparición se registró el pasado 16 de abril, cuando participaba en una caminata en los alrededores del volcán en el marco de las vacaciones de Semana Santa. Los caminantes del grupo que integró Peña Aguilar buscaban ascender a la cúspide y bajar el mismo día.
Sin embargo, se alarmaron al notar que el vehículo del docente seguía estacionado frente del Instituto José Simeón Cañas —centro educativo donde trabajó años atrás—, lo que sugería que aún no había regresado del volcán. Ante ello, dieron aviso a las autoridades para iniciar su búsqueda.
Desde ese día, elementos de Protección Civil, soldados de la Fuerza Armada, cuerpos de socorro, guías locales, policías y personal de la alcaldía de La Paz Este han buscado dar con el docente.
A las tareas se han sumado perros de la División Antinarcóticos, así como drones para rastrear zonas de difícil acceso. Con el paso de los días, el grupo de búsqueda ha encontrado pistas que podrían señalar su ubicación.
Según lo informado por La Prensa Gráfica, integrantes del equipo de búsqueda han revelado que se descubrieron rastros de sangre en una zona del coloso, cuyas muestras se han enviado a un laboratorio forense para determinar si pertenecen a Peña Aguilar.
Además, se dio a conocer de forma extraoficial que se encontró un refugio en la zona del hallazgo, no obstante, se desconoce si pertenece a criminales que tienden a ocultarse en las zonas boscosas.
En tanto, las labores de búsqueda se mantienen activas desde la mañana de este jueves en varios puntos estratégicos para dar con su paradero y brindar respuestas a su familia y comunidad, indicó el gobernador por el departamento de La Paz, Víctor Manuel Coto, en sus redes sociales.
Cabe destacar que la angustia generada por la desaparición del profesor, quien era una persona entregada a su vocación docente y era amante del senderismo, provocó la muerte de su madre, María Mercedes Barahona Aguilar, de 86 años de edad.
La adulta mayor no habría soportado la incertidumbre de no saber el paradero de su hijo.