Llenos de brillo y color, los girasoles se alzarán alegres buscando la luz en el Cuarto Festival de Girasoles en el cantón Sitio del Niño, en San Juan Opico, La Libertad. En este espacio, donde la flor es la protagonista, nacen innovadoras recetas como pupusas, atoles y bebidas elaboradas con su semilla, dando apertura a un nuevo capítulo en la diversificación de la gastronomía salvadoreña.

Diana García, encargada del emprendimiento familiar Rainbow Ornamentales, junto a su padre, el agrónomo Miguel Ángel García Quintanilla, iniciaron en 2019 el sueño de cultivar girasoles, un proyecto que comenzó él y que ella continuó con dedicación. Ese mismo año, decidieron organizar el Primer Festival de Girasoles, que fue recibido con entusiasmo por los salvadoreños.

“El tiempo desde la siembra de la semilla hasta una planta floreada son más o menos sesenta días. Dependerá del clima, la luz y el agua. Estos días han estado un poco nublados, pero siempre ha habido calor y sol, entonces hemos tenido estos girasoles que se han dado en unos 40 días. En la temporada de festivales estamos sembrando unos ocho mil girasoles, unos dos mil para nuestra exhibición y aparte tenemos otro terreno donde estamos produciendo solo para corte”, explicó García sobre el proceso de cultivo.

El segundo festival se detuvo temporalmente por la pandemia y, posteriormente, don Miguel falleció en 2022. A partir de este punto de inflexión, la familia tomó fuerzas para levantar el negocio y realizar la siguiente edición en memoria de su patriarca. Desde ese entonces, los festivales reúnen cada año a más de cinco mil salvadoreños amantes de las flores y la naturaleza.

“Para mí el girasol representa a mi papá en cada uno de ellos. Es un regalo que él nos ha dejado, bueno, se ha vuelto mi motor el girasol. Es de lo que yo vivo actualmente, no tengo otro trabajo, solo me dedico a esto para salir adelante con mis hijos. Los girasoles cada vez que salen es una caricia de mi papá porque no está ya con nosotros”, expresó Diana sobre el significado de la flor en su negocio.

El festival, que se celebrará los próximos 22, 23, 29 y 30 de marzo, es el resultado del esfuerzo de varios trabajadores que día con día cuidan el jardín para permitir el cultivo no solo de los girasoles, sino de diversas especies de flores de sombra y de sol del vivero familiar, que brinda alegría y un descanso de la ciudad a los amantes de la naturaleza.

Este espacio, que cuenta con una pequeña granjita con diversos animales domésticos, reunirá a 53 emprendedores de diversas partes del país con una variedad de productos y una oferta gastronómica con el centro de atención en la semilla de girasol. Las pupusas, la horchata y el atol elaborados con su semilla brindan una experiencia culinaria única para los amantes de los nuevos sabores.

Delicias culinarias con semilla de girasol
Lizeth Gaitán es la mente maestra detrás de la creación de los platillos típicos con base en las semillas de girasol. El primer producto que creó a partir de la flor estrella fue el atol en 2019, luego de recibir la invitación para participar en el Primer Festival de Girasoles impulsado por Diana García y su familia.

“En todo festival hay un producto derivado, entonces de ahí nació la idea de hacer un atol. Me puse a investigar si ya había un producto con semilla de girasol. Comestibles como atol no habían. Ese mismo día me fui al mercado a conseguir la semilla. A los dos días ya estaba haciendo el atol”, relató Gaitán sobre el nacimiento de la idea.

El proceso de elaboración del atol implica hornear la semilla, molerla y cocinarla como un atol tradicional con canela y pimienta negra. El mismo procedimiento se realiza para la obtención de la masa en la preparación de las pupusas. La versatilidad de la harina obtenida de las semillas, que tiene un color dorado claro, permite que se puedan elaborar pupusas con una textura suave de todo tipo de sabor, desde queso hasta chicharrón.

“La idea de la pupusa nació en el 2020 cuando estábamos en pandemia, pero la hicimos con la semilla cruda y sentimos que ahí no nos dio un sabor rico, sino que era como amarguito. Ya en el 2022 en el festival, me dijo Diana García: ‘hagamos pupusas’. Le dije que ya las había hecho, pero que iba a cambiar la receta. Ya a la media hora le estaba trayendo la idea de las pupusas”, dijo la emprendedora.

Por su parte, la horchata de semilla de girasol destaca por su sabor único, suave y dulce, proporcionando una sensación refrescante y saciante para aliviar el calor del verano. Todos los platillos cuentan con beneficios nutricionales propios de la semilla, dado que esta contiene proteínas, antioxidantes, grasas saludables y un alto contenido en fibra que beneficia la salud cardiovascular y cerebral, reduce la inflamación del cuerpo y controla la azúcar en la sangre.

La idea innovadora ha permitido que Lizeth impulse su emprendimiento promoviendo sus marcas Chimalatl (‘Flor del sol’ en náhuatl) y Refranes, junto a su esposo, hija y hermana en Santa Ana, con servicio de entregas en San Salvador.

El cultivo de girasoles, que inició como el sueño de un patriarca y se consolidó como un negocio familiar, ha dado lugar a que florezcan ideas creativas e ingeniosas para el paladar salvadoreño ansioso por nuevos sabores. Además, ha permitido la generación de empleos en la localidad, brindado nuevos espacios a emprendedores, fomentado ideas sostenibles con el medio ambiente y creado una conexión auténtica con la naturaleza.