Varias piezas de fluoritas brillan resplandecientes con la luz del mediodía. Este mineral decorativo, que en esta ocasión ostenta tonalidades iridiscentes, es el favorito de Delmy, la dueña de una tienda de piedras semipreciosas que, como una pequeña perla en el océano, se encuentra oculta en el edificio 1 del Mercado Central de San Salvador.
En un sitio donde se acostumbra a observar vegetales, frutas y artículos de primera necesidad, este rincón es un espacio donde los cristales y su naturaleza vibrante toman protagonismo y atraen la mirada de los curiosos y los amantes de los cristales naturales. “A mí me gusta muchísimo la fluorita. Me gusta por sus colores, su transparencia. Uno nunca termina de conocer estas maravillas”, expresa la comerciante mientras muestra las piezas de múltiples colores.


Ella y su esposo, Melvin, comenzaron este emprendimiento con un pequeño puesto de pulseras. Así como su matrimonio, el negocio creció y floreció, acompañado por una colección cada vez mayor de cuarzos y cristales que tienen ahora a la venta. Hoy, con más de cien clases de piedras semipreciosas de diversas partes del mundo, “Caminando con Dios, handicraft” es un referente para artesanos y revendedores en el Mercado Central, que elaboran con estos materiales anillos, pulseras, aretes y otros artículos decorativos que, posiblemente, hayas comprado o visto en algún lugar de la capital.
La piedra favorita de Delmy, con puede ostentar una gama de tonos fluorescentes que van desde el verde, morado, azul y amarillo, emite una luz hipnotizante cuando pasa por la luz directa. La cultura popular afirma que entre sus propiedades está su capacidad de limpiar y fortalecer la energía de quienes la llevan consigo. Sin embargo, Delmy no cree en la simbología ni la espiritualidad popular y distancia su negocio del mundo de las supersticiones.


“Nosotros no los vendemos así porque somos cristianos, creemos en Dios y no vendemos nada que le vayan a servir para ‘algo’ porque no es nuestra idea. Nuestra idea es venderle algo natural, algo creado por la naturaleza y por Dios. Para que una piedra se haga así requiere muchísimos años y esas son las maravillas que uno pues le da admiración, que una piedra semipreciosa tenga tantos años”, me dice con convicción.
De hecho, piedras como la fluorita tardan desde cientos hasta millones de años en formarse en yacimientos hidrotermales de países como China, Mongolia, Argentina y diversas partes de Europa. Bajo este panorama, Delmy no tiene respuesta ante aquellos curiosos de los cristales energéticos, que suelen llegar al establecimiento para preguntar por cuarzos que atraigan el amor o el dinero.
“Mucha gente pasa acá y nos dice ‘¿y qué piedra me sirve para el dinero?’ y yo les digo que no, que no las vendo así porque yo sé que no está bien. Solo les digo que si quieren saber para qué les sirve, que lo busquen en Google”, menciona con una sonrisa.


El calor del centro de la capital queda en segundo plano cuando la mirada se detiene en los cuarzos de tonalidades rosa y verde. La amatista brilla en las vitrinas mostrando todos sus matices que van desde el lavanda más claro hasta el púrpura oscuro. El ágata, dura y resistente, resalta con tonos blancos y grises hasta intensidades más vivas como el rojo, amarillo, verde, azul y marrón.
Una de las piezas más raras en el comercio de la pareja es una roca de origen volcánico, conocida como obsidiana, que hipnotiza con su color negro pulido y resplandeciente. También resaltan las geodas de cuarzo bañadas en un aura iridiscente. En su interior albergan numerosas piedras brillantes y pueden alcanzar un precio de $35.00 por una pieza del tamaño de una manzana.


La variedad de piedras, cuarzos y cristales semipreciosos se pueden adquirir por piezas que rondan entre los $3.00 hasta los $300.00, dependiendo de su tamaño y su naturaleza. Pequeños rubíes, topacios, ópalos, turquesas y esmeraldas descansan incrustados en anillos de plata, son ideales como regalos especiales para la pareja o la familia, con precios desde los $25.00.
Las múltiples piedras preciosas también se hallan en forma de aretes, pulseras y anillos, cuyos montajes están hechos de plata, cobre blanco, acero y alpaca, con valores desde los $8.00. La famosa piedra ‘guasha‘, una herramienta de cuarzo utilizada para masajes faciales y mejorar la circulación, también se halla entre sus artículos a precios cómodos para los amantes del skincare.

Mientras la pareja de comerciantes muestra el esplendor del jaspe naranja, el lapislázuli intenso, el ojo de tigre dorado y la piedra luna lechosa, les pregunto sobre los sueños a futuro que albergan en su negocio. Mientras reflexionan sobre las posibilidades, aparece Athia, la pequeña mascota de la familia. Blanca y dócil, la suben sobre la vitrina donde reposan anillos de opalina traslucida, granates rojizos y olivinos verdosos transparentes. “Siempre hemos confiado en Dios”, responden. “Y si Dios nos permite más, bienvenido sea”.



