Homenajear a un ser querido, expresar la identidad, conmemorar un momento significativo, por placer a la tinta o amor al arte. Todo lo puede simbolizar un tatuaje, signo de la apropiación del cuerpo ante los demás. A las personas tatuadas poco a poco las abandonan los prejuicios, pero uno en especial queda entre los restantes: la donación de sangre.

Por mucho tiempo se creyó que un tatuaje te inhabilitaba de realizar esta acción noble y altruista a favor de los pacientes vulnerables. Yo fui una persona que, antes de realizarse su primer y único tatuaje, se dedicó a donar sangre en cinco ocasiones, tanto en Cruz Roja Salvadoreña y en el sistema de salud nacional, antes de que la tinta tocara su cuerpo.

Ha sido un hábito eventual porque he conocido de primera mano la importancia de donar mi sangre a aquellas personas que, por varios motivos de salud, requieren de transfusiones. Ya sea donar a amigos que deben ser operados en el Seguro Social o en diversas campañas médicas, siempre reté mis nervios a ser pinchada y extendí mi brazo para quien más lo necesitara.

Cuando decidí tatuarme, me despedí de esta acción altruista porque pensaba que ya no podría donar, pero me equivocaba. Sí, las personas tatuadas que cumplan con los requisitos para realizar una donación pueden brindar su sangre a los demás. Solo deben esperar un año posterior al último tatuaje para ser un donante, mientras que las personas con perforaciones no deben tener más de tres en cada oreja. Estos procedimientos estéticos deben realizarse con estricta limpieza y desinfección en los estudios de tatuajes.

Así lo confirmó el doctor Marvin Navas, médico del Centro de Sangre de Cruz Roja Salvadoreña: “Tiene que comprobar que el tatuaje tiene un año, ya sea por foto, una factura o un ticket. Principalmente por fotos. Uno se tatúa y lo primero que hace es tomarse una foto y ahí aparece la fecha. Así comprobamos que ese tatuaje tiene un año y esos subproductos de la tintas salgan de nuestro cuerpo”.

Los requisitos para ser un donante de sangre son presentar su documento de identidad, el carné de residente o el pasaporte, pesar más de 115 libras y no ingerir alimentos grasosos el día de la donación. Las mujeres pueden donar entre los 18 a los 60 años de edad, mientras que los hombres lo pueden realizar entre los 18 a 65 años.

No es necesario ayunar para donar, pero sí se requiere hidratarse antes de la donación, no haber ingerido alcohol tres días antes y no haber tomado antibióticos 15 días previos a la cita en el Banco de Sangre. Estos factores son tomados en cuenta durante una entrevista confidencial con el médico evaluador.

Luego, un chequeo médico determina nuestro grupo sanguíneo ABO y Rh, así como mide los anticuerpos en nuestro organismo. También evalúa si existe la presencia de VIH, Hepatitis B y C y sífilis. Chagas, Paludismo y HTLV (virus linfotrópico de células T humanas) en algunos casos, son patologías cuya presencia también se examina durante este análisis que solo requiere una gota de sangre.

Al percatarme de mi posibilidad de donar, decidí seguir todo este proceso para volver a regalar 450 ml de mi sangre. Respiré profundo al recibir los 75 milímetros de aguja que se utilizan para la extracción. El dolor se sintió solo al inicio y quedó la pequeña incomodidad mientras la sangre fluía cálida y carmesí a la bolsa especial que procesa el respectivo equipo médico. La sangre en el laboratorio se divide en tres componentes: hematíes (glóbulos rojos), plasma y plaquetas, que se transfundirán a cada enfermo en función de sus necesidades.

Otros mitos que entorpecen la donación de sangre

Donar sangre no engorda, de hecho, quemarás entre 500 a 600 calorías en una donación. No te enfermará de algún virus o infección, ya que el procedimiento se realiza bajo estrictas medidas de bioseguridad, y no quedarás débil, a menos que no ingieras suficientes líquidos o alimentos que restituyan la producción de sangre en tu organismo.

“Mejora la frecuencia cardiaca, renueva las células, disminuye los triglicéridos y el colesterol. Mantiene activa la médula espinal. Por eso hay gente que llega a los 60 a los 65 años donando y tiene una sangre de calidad. Esa persona desde joven ha venido donando y esa médula la tiene en buenas condiciones. Ese es uno de los beneficios más importantes que da donar sangre”, me indicó el doctor Navas.

No obstante, aquellas personas que ingieren una variedad de medicamentos psiquiátricos, como clonazepam o diazepam, y las que padecen acné y reciben tratamientos de larga duración, deberán esperar hasta 6 meses desde la última toma del fármaco si deciden realizar una donación. También, te inhabilita del proceso si has padecido hepatitis después de los doce años de edad. Mujeres embarazadas no pueden donar y las lactantes deberán esperar tres meses después del destetado.

La sangre es un tesoro que damos por sentado. Es un regalo de nuestro organismo por el que corren las células necesarias que nos permiten estar vivos. Por minuto, un corazón sano puede bombear hasta 5 litros de sangre por las arterias para suministrar oxígeno a cada tejido del cuerpo. ¿Por qué no extender el brazo para donarla a aquellos que más lo necesitan?