En un país tradicionalmente futbolero, un deporte con características muy particulares como la lucha libre logró, en varios momentos, hacerse un hueco en la cultura deportiva de El Salvador y marcar a muchas generaciones.
Dicho deporte de espectáculo nació en El Salvador en la década de los 50, según menciona José Guzmán, exluchador, promotor y dueño de la arena Gladiadores, quien afirma que su auge fue tal que llegó a desplazar a disciplinas como el boxeo y a rivalizar incluso con el fútbol.
“La lucha libre tomó un auge fuertísimo. La lucha libre se convirtió en el segundo deporte después del fútbol, tuvo más auge que el boxeo”, asegura Guzmán en conversación con Diario1, mientras recordaba sus inicios como profesional de este deporte bajo la tutela del King Warrior.
“La lucha libre nace a mediados de los años 50, con Salvador Guandique, el papá de la lucha libre salvadoreño, la trajo al excine popular, con grandes luminarias de la lucha libre mexicana, El Santo, Blue Demon, empezaron a formar luchadores nacionales”, añade.
Por otra parte, “Caballero Azul”, otro de los exponentes históricos de la lucha libre salvadoreña reconoce que el deporte no atraviesa sus mejores momentos, por lo que enfrenta dificultades a diario para mantenerse vigente. “La lucha fue bien impactante, pegó igual que el fútbol. Cuando la arena Santa Anita cerró se fue para abajo. Somos poquitos los que hemos quedado. La lucha libre se encuentra en un nivel medio, no tiene mucho apoyo, casi no le han dado apoyo, se les ha caído, los compañeros andan tratando la manera de levantarla, pero es bien difícil”, comentó.
Al ras de la lona en la capital
A pesar del desgaste que ha sufrido la lucha libre, aún hay algunos lugares donde los salvadoreños amantes de este deporte pueden disfrutar de los tradicionales duelos entre “rudos” y “técnicos”. Uno de ellos es la Arena Triple C, que con pasión y humildad continúa ofreciendo entretenimiento domingo a domingo y entrenando a las nuevas generaciones.
“Es doloroso que el deporte empiece a desaparecer. Acá en El Salvador está desapareciendo, nosotros estamos tratando la manera de que el deporte no pierda el auge”, asegura Santos “El Destructor”, luchador y encargado de la arena que tiene como sede un local ubicado sobre la 35 avenida norte en San Salvador.
Según Santos, para que la lucha pueda volver a despuntar se necesita unidad entre luchadores. “Hay grupos de luchadores que hacen lucha esporádicamente. A mi me enseñaron que el deporte no es fácil, son luchadores que no les ha costado aprender, si uniéramos fuerzas, sería lo más esencial”, explica.
Sin embargo, para José Guzmán, la magia en el ring tomará un nuevo brillo en los próximos meses, con la reapertura de la Arena Gladiadores, que había permanecido cerrada desde la pandemia del Covid-19, pues asegura que la lucha libre cuscatleca aún tiene potencial para volver a ser grande.
“La lucha se va a levantar, tenemos los medios para arrancar, el personal ya está, luchadores, proyección ya está, esto viene en grande”, concluyó.